Ruta del Cares |
La excursión comienza en el hotel Juansabeli, a las afueras de Arenas de Cabrales. Nos ponemos muy pronto en carretera, para ser de los primeros en estacionar el coche en el improvisado aparcamiento ubicado junto al inicio de la senda del Cares, en Poncebos (Camarmeña).
Poncebos |
Poncebos. Inicio de la ruta |
La senda asciende por el desfiladero del Cares, con algunos repechos fuertes y, antes de llegar a la provincia de León, gana altura y se abre camino por la roca, colgada de paredes verticales, donde el río apenas se intuye en el abismo. Algunos tramos del sendero no están indicados para aquellos que sufren de vértigo.
La senda alcanza la máxima altura sobre el río poco antes de llegar al primero de los dos puentes metálicos que cruzan el desfiladero en su parte más angosta. El segundo puente da paso a una serie de grutas excavadas en la pared, a través de las cuales el camino se convierte en un visto y no visto, como si nos asomáramos a grandes ventanales abiertos en la pared.
La ruta, tras nueve kilómetros de dura caminata, finaliza en Caín, aldea leonesa emplazada junto al río Cares que está unida con el resto de la provincia por una estrecha carretera asfaltada.
Riachuelos de Caín |
Presa de Caín |
El lugar es ideal para almorzar (existen bares) y para refrescar los maltrechos pies en el río antes de iniciar el regreso a Poncebos.
Al finalizar la ruta, que nos ha llevado seis horas, montamos exhaustos en el coche, y regresamos a Arenas de Cabrales, a tiempo de reponer fuerzas en una de las muchas tascas con terraza al aire libre que sirven el plato más típico de la zona: queso de cabrales regado con una maravillosa botella de sidra. Arenas es la puerta de entrada a la parte oriental de los Picos de Europa y destaca por su arquitectura popular, por su iglesia de Santa María de Llas, de estilo románico tardío, y por el palacio de las Mestas y Cosío.