Panorámica de Frías |
Aunque existe una carretera local de montaña que une Oña con Frías a través de Barcina de los Montes y La Aldea, creímos conveniente tomar carreteras más seguras y rápidas. A través de los valles del Oca y el Ebro, vía Trespaderne, conseguimos alcanzar Frías, aunque al navegador del coche se le fue un poco la pinza y no supo guiarnos con certeza. "Donde haya un buen mapa de carreteras...".
Esta ruta medio circular, entre Oña y Frías, nos condujo hasta el puente Medieval de Frías, que salva las aguas del gran río ibérico.
Construido aprovechando un roca que afloraba por el río, el puente era paso obligado de la vía comercial que unía la meseta y la costa cantábrica. En el siglo XIV se construyó una torre para controlar el paso y cobrar el impuesto de portazgo. Tiene 143 metros de largo y nueve arcos.
El centro histórico de Frías se eleva a un par de kilómetros del puente Medieval, por lo que se recomienda coger el vehículo y estacionarlo en el gran aparcamiento gratuito situado a los pies del castillo.
El primer paso que quisimos zanjar, por estar algo retirado del núcleo medieval, fue acercarnos al Mirador de Frías. Este fabuloso enclave se encuentra a la salida del pueblo en dirección Tobera y está en lo alto de un peñasco al que se accede por unas escaleras.
Es una estupenda atalaya sobre la que poder observar la cara sur de Frías, con las Casas Colgadas asomándose al precipicio en la parte final del pueblo. Estas casas son todo un símbolo de identidad de Frías.
Frías fue declarada Bien de Interés Cultural en 2005 y constituye un modelo de ciudad medieval levantada en lo alto de un cerro conocido como "La Muela". Sus calles, como la calle del Mercado, son estrechas y desiguales y a ambos lados se disponen las casas adosadas entre sí, algunas de las cuales aparecen colgadas sobre el cortado rocoso.
De vez en cuando conviene mirar hacia arriba para contemplar la torre del Homenaje del castillo, que parece estar a punto de caer sobre los tejados de las casas.
Calle Mercado y torre del Homenaje |
Torre del Homenaje vista desde abajo |
A través de la calle Obdulio Fernández fuimos a parar a la plaza del Ayuntamiento, uno de los pocos espacios abiertos que encontraréis en la ciudad medieval.
Más allá de la plaza del Ayuntamiento, en la parte más oriental del peñón donde se asienta Frías, se encuentra la iglesia de San Vicente. Construida en el siglo XIII, tuvo una evidente función defensiva asociada al castillo.
En 1906 se hundió la torre y parte del templo. Pero, con la venta del pórtico románico a un museo de Nueva York, se levantó la nueva torre. La iglesia acoge buenos retablos, uno de ellos atribuido a Juan de Borgoña.
Desde la iglesia tendréis una excelente perspecitiva del valle de Tobalina, fértil y verde, irrigado por arroyos y ríos como el Molinar, procedente de los montes Obarenes.
La parte superior del cerro, muy llana y verde, está reservada al parque de Alfonso VIII, uno de los mejores miradores con que cuenta la ciudad.
En la cara norte del parque podréis ver la muralla del siglo XIII que rodeaba Frías, y que contaba con tres puertas: Medina, Postigo y Cadena.
Y antes de llegar al castillo, junto al puente del foso, tendréis una nueva vista panorámica, en este caso del valle del Ebro y el Puente Medieval.
En el extremo occidental de "La Muela", al final del parque de Alfonso VIII, se encuentra el castillo de Frías. El reducido precio de la entrada (2€), facilitó en gran medida el hecho de que nos decidiéramos a visitarlo.
Sobre la prominente roca que dio nombre a Frías (voz de origen euskérico: Bri + Atx), se eleva, dominando el conjunto, la torre del Homenaje. A sus pies se encuentra un patio amurallado protegido por un foso con puente levadizo.
Foso y puente |
Puente y muralla exterior |
Los elementos más antiguos que se conservan en el castillo, de comienzos del siglo XIII, son unas ventanas de arcos ligeramente apuntados separadas por columnas con interesantes capiteles de estilo románico. El resto de construcciones son de los siglos XI y XVI.
Las ventanas del patio |
Ventana del patio |
La torre del Homenaje alberga una exposición permanente sobre la arquitectura popular de Frías. Y desde el punto más alto tendréis una magnífica vista panorámica del castillo, de la ciudad y de los montes Obarenes.
Sobre el conjunto urbano de Tobera y sus cascadas (a unos 4 km. de Frías), en una estrecha garganta de paredes verticales excavada por el río Molinar, sorprende el conjunto formado por un pequeño puente medieval, el Humilladero o capilla de ánimas del Santo Cristo y la ermita de Santa María de la Hoz, que fue utilizada como albergue de peregrinos.
El río Molinar , a su paso por la pequeña localidad de Tobera , forma una sucesión de cascadas aprovechadas en otra época para mover las piedras de varios molinos. Hoy en día existe un sencillo paseo por la orilla del río, con varios miradores sobre las cascadas.
A partir de Tobera, remontamos el río Molinar por la BU-504. Dejamos atrás la estrecha hoz del río, que forma parte del Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil, y al llegar al kilómetro 16.8 de la carretera, alcanzamos el mirador del Portillo de Busto. Situado a mil metros de altitud, esta atalaya nos brindó una magnífica panorámica de la burgalesa comarca de La Bureba.