Salamanca |
En el tramo soriano nos llovió e hizo mucho frío, pero fuimos gratamente recompensados cuando nos detuvimos a almorzar en el restaurante Capitol de la plaza Mayor de El Burgo de Osma.
Plaza Mayor. Burgo de Osma |
Calle Mayor. Burgo de Osma |
A las siete de la tarde, tras cruzar media España casi de punta a punta en sieto u ocho horas, nos presentamos en Salamanca, diudad estudiantil asentada a orillas del río Tormes.
Habíamos reservado dos noches en el hotel Eurostars Las Claras, uno de los más prestigiosos de Salamanca. Una vez nos alojamos, aún tuvimos tiempo de realizar un paseo nocturno por el casco histórico, que nos condujo hasta la plaza Mayor, quizá la más bella de las plazas porticadas de España.
Hotel Las Claras. Salamanca |
Hotel Las Claras. Salamanca |
El segundo día de viaje lo dedicamos a recorrer a pie el apretado centro histórico de Salamanca. Comenzamos visitando el convento de San Esteban, que destaca por su claustro y por el pórtico, salpicado de finos ornamentos de orfebrería. Tras un primer paso por la plaza de la Catedral, salimos del casco histórico admirando el edificio que acoge el Archivo Histórico de la Guerra Civil. Extramuros, más allá de la estatua dedicada al Lazarillo de Tormes, paseamos por el puente romano, que salva las agitadas aguas del río Tormes y que ofrece unas maravillosas vistas de Salamanca.
La ruta continúa por el casco histórico. VImos la fachada de la Universidad de Salamanca, la más antigua de España (de comienzos del siglo XIII); la Casa de las Conchas (s. XV), considerada como el más representativo monumento del arte civil de la época de los Reyes Católicos, la Clerecía, edificio iniciado en 1617 y, a la luz del día, la monumental plaza Mayor, en cuyos pórticos figuran relieves de personajes históricos. ¿Sabríais ver a Francisco Pizarro y Hernán Cortés?
Después de almorzar (lo mejor fue el precio: si acudes antes de las 14h te descuentan dos euros en el menú), continuamos con el tour visitando el interior de las dos catedrales, la nueva y la vieja. Una única entrada con autoguía nos permitió recorrer las diferentes salas y criptas. No estuvo mal. Ah, en la portada que da a la plaza de la catedral es menester entretenerse unos minutos en buscar las figuras de un buzo y de un mono comiendo un helado. ¿Los veis?
A continuación os recomiendo que deis un paseo por el norte y el oeste de la plaza Mayor. Descubriréis interesantes edificios y plazas: Plaza de los Bandos, iglesia San Juan de Barbalos, Convento de las Úrsulas, Casa de Las Muertes, Las Adoratrices y la iglesia de la Purísima. De la universidad destacaré que el precio de la entrada era caro. Si no queréis visitarla podéis contentaros con admirar su extraordinaria fachada. Por cierto, aquí debéis descubrir una rana sobre una calavera. ¿La veis?
Y para finalizar, os recomiendo que visitéis alguna de las muchas tascas que sirven tapas y cerveza a buen precio. También os aconsejo que os compréis un bocata de jamón ibérico, a ser posible, que lleve el pan untado con tomate.