Trujillo ofrece una combinación perfecta de historia, cultura, arquitectura y gastronomía que hará de vuestra visita una experiencia inolvidable. Si llegáis en coche procedentes de Cáceres, tendréis una buena panorámica del cerro Cabeza de Zorro, el que le dio nombre a la villa (Tro jil).
No conviene acercarse a la zona monumental en coche. Encontraréis aparcamiento gratuito en la parte nueva, por ejemplo cerca del parque del Paseíno, que puede resultar ideal si vais con niños.
Antes de abordar la plaza Mayor, tuvimos la oportunidad de caminar pausadamente por el centro histórico. Vimos algunas casas señoriales; una de ellas fue el Palacio Pizarro de Aragón, del siglo XVII, compuesto de cuatro torres y una planta con forma de parrilla invertida. En el siglo XIX se transformó en teatro y actualmente acoge el Archivo Histórico Municipal.
Toda visita a la zona monumental de Trujillo debe incluir la céntrica plaza Mayor, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. La plaza es el lugar ideal para pasear, disfrutar de la arquitectura y relajarse en una terraza.
La plaza está rodeada por impresionantes edificios históricos, muchos de ellos parcial o totalmente porticados, como el Palacio de la Conquista o el Palacio de los Marqueses de Piedras Albas.
Llama la atención en la plaza Mayor la enorme estatua dedidaca a Francisco Pizarro y, a pocos metros de ella, la iglesia de San Martín de Tours, de estilo gótico-renacentista, documentada en el año 1353.
Desde mediados del siglo XIV, las obras de la iglesia de San Martín continuaron hasta concluirse en el siglo XVI. El templo está realizado a base de mampostería y sillería, y exteriormente destaca por la pequeña torre del reloj situada en una esquina de la portada principal.
Desde casi cualquier ángulo de la plaza podréis ver el Monumento Ecuestre de Francisco Pizarro, construido en bronce. Existen dos esculturas similares a esta en el mundo: en Buffalo (EE.UU) y en Lima (Perú).
Escapamos de la plaza Mayor por la Cuesta de la Sangre, que rodea el Viejo Ayuntamiento. Tras realizar un pequeño quiebro fuimos a parar a la Puerta de Santiago, que presenta almenas y está flanqueada por dos torres de la muralla.
La Puerta o Arco de Santiago se localiza entre el palacio de Luis de Chaves y la iglesia de Santiago. Comunica el recinto amurallado con la plaza del Arrabal (Mayor), que a partir del siglo XVI será el centro neurálgico de la ciudad. Por ella entraban los peregrinos que caminaban a Compostela desde el sur.
La villa forma parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España. Y dando una vuelta por la plaza Mayor o por las calles empedradas del recinto amurallado comprobaremos el porqué de esta inclusión.
En el interior del recinto amurallado tenéis varios ejemplos de casas señoriales. Una de las más importantes es la Casa Fuerte de los Tapia Paredes, del siglo XV, que era uno de los veinte puntos defensivos que jalonaban la muralla.
La iglesia de Santa María la Mayor está situada en la plazuela de Santa María, donde puede verse un busto en bronce de Francisco de Orellana, descubridor del río Amazonas. Se trata del edifico parroquial más importante de Trujillo.
La iglesia es de estilo románico tardío con elementos góticos. Fue erigida en el siglo XIII, posiblemente sobre una mezquita, y destaca por tener dos campanarios.
Por unos pocos euros podréis visitar el interior del templo y auparos hasta alguna de sus torres campanario. Desde arriba, según dicen, tendréis unas vistas espectaculares de Trujillo.
El recinto amurallado no os dejará indiferentes. Al otro lado de la iglesia de Santa María y del monasterio del mismo nombre, podréis ver la Casa Museo de Pizarro, un edificio del siglo XV de estilo gótico. Se trata de un espacio dedicado al famoso conquistador extremeño.
A partir de la Casa Museo de Pizarro comienza la cuesta que conduce al Castillo medieval de Trujillo. La parte nueva, del siglo XVI, se edificó sobre una fortaleza árabe del siglo XI.
En un lateral de la plaza, junto a la entrada principal del Castillo, se encuentra el Mirador del Castillo. Si os acercáis hasta él podréis ver la muralla que rodea la fortaleza y disfrutaréis de buenas vistas de la dehesa cacereña.
El imponente Castillo de Trujillo domina la ciudad desde lo alto de la colina. Por un lado habíamos contemplado la dehesa y por el otro nos asombró las sublimes vistas que brinda de la ciudad, con las torres de las iglesias y la plaza Mayor acaparando las fotos.