Morella desde la carretera |
Lo primero que uno ve cuando llega a Morella, aparte de su extensa muralla, es el acueducto de Santa Llúcia, de origen medieval. Conocido también como acequia Reial, traía el agua a la ciudad.
El acueducto se encuentra en la carretera CV-117; se trata de una infraestructura hidráulica de estilo gótico valenciano construida entre los siglos XIII y XIV. Si le echáis un vistazo de cerca, comprobaréis su buen estado de conservación.
Morella es una de las poblaciones más encantadoras de Castellón. Por su enclave estratégico, antiguamente fue elegida como plaza fuerte, así lo atestiguan sus más de 1.500 metros de muralla que hoy día aún se conservan intactos.
Estacionamos el vehículo en un aparcamiento habilitado extramuros y a continuación accedimos al casco histórico a través de la Puerta de San Miguel, la más espectacular y majestuosa de las siete puertas de entrada a la ciudad amurallada de Morella.
Uno de los alicientes de Morella, aparte de contemplar la montaña y su extensa muralla, consiste en caminar traquilamente por sus calles radiales en torno al Castillo. Una de ellas es la porticada calle Mayor.
Morella destaca por sus casas pairales, como la del Cardenal Ram (siglo XVI), reconvertida en hotel, o las casas de la Confraría (s. XVII), del Estudi, Ciurana y otras, como la Casa del Consell (actual Ayuntamiento), del siglo XIV-XV, un edificio que cuenta con diversas salas góticas, la lonja y la prisión.
En la parte alta de Morella conviene acercarse a la placeta de l'Esglesia. Allí veréis la imponente basílica de Santa María (siglos XIII-XIV), una cita obligada para los amantes del arte.
Esta iglesia gótica reúne en una sola fachada la Puerta de los Apóstoles y la Puerta de las Vírgenes, que destacan por su alto nivel arquitectónico y escultórico.
Cerca de la basílica, de camino al Castillo por la calle del Hospital, podréis ver el convento de San Francisco, construido por la orden franciscana entre los siglos XIII y XIV, y que está compuesto por la Iglesia, el Claustro y la Sala de Profundis.
Junto a otras edificaciones históricas anexas, el convento de San Francisco se convertirá en el Parador Nacional de Turismo de Morella. Su interior conserva pinturas murales.
Convento de San Francisco |
Convento de San Francisco |
El Castillo de Morella controla la comarca de los Puertos (Ports), un amplio territorio de 1.000 kilómetros cuadrados. La peña que lo acoge tiene dos cuerpos, como un pastel de tres pisos.
Geológicamente, el Castillo se asienta sobre un sinclinal colgado. Esto quiere decir que las vetas de roca calcárea hacen de receptáculo para almacenar agua, lo que permite soportar largos asedios.
La importancia histórica del Castillo durante la época cristiana viene dada por su situación en el centro geográfico de la Corona de Aragón, equidistante de Zaragoza y Valencia y casi de Palma y Barcelona.
El paso de numerosas civilizaciones ha dejado su huella en esta impresionante construcción habitada ininterrumpidamente desde el III Milenio antes de Cristo. La apariencia actual del Castillo es la que dejaron las obras de fortificación de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
Se han encontrado restos del Neolítico, de la Edad del Bronce y del Hierro (pueblos íberos). Pero es en la época romana y posteriormente con la llegada de los visigodos, los árabes y finalmente los cristianos, cuando el Castillo va tomando forma, se fortifica la muela y va transformándose según las diferentes civilizaciones que lo habitan.