A principios de los noventa conocí el valle de Benasque en primera persona. Me alojé durante un mes en el refugio militar de Cerler, entre noviembre y diciembre, cuando el valle acogía las primeras nieves. 2004 fue un feliz reencuentro y lo aproveché al máximo, con tres excursiones por el Parque Natural Posets-Maladeta y una fugaz visita a los Llanos del Ampriu, en Cerler.
TOPÓNIMO DE MALADETAEsta ruta la realicé en coche y nos conduce hasta Cerler, el pueblo más alto del Pirineo aragonés, y a los llanos del Ampriu, una pradera verde rebosante de pequeños arroyos que hoy día está sembrada de remontes pertenecientes a la estación de esquí de Cerler.
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El pueblo de Cerler se encuentra a 6 kilómetros de Benasque por carretera. Durante el ascenso, en una curva de la carretera, se encuentra el mirador de Cerler que ofrece unas fantásticas vistas aéreas de la villa de Benasque. Merece la pena detenerse en él unos minutos para contemplar el panorama.
Mirador de Cerler: Eriste |
Mirador de Cerler: Benasque |
Situado a 1.540 metros de altitud, Cerler/Sarllé es el pueblo más alto del Pirineo aragonés. De ser un lugar con escasas edificaciones en el siglo XVI, llega a las cuarenta casas actuales, conservando siempre su estructura primigenia. Destacan las casas Cornel y de Santamaría. La estación de esquí de Cerler, por contra, se localiza a las afueras del municipio y se construyó en 1970.
Desde Cerler, una carretera local serpentea montaña arriba durante trece kilómetros hasta los Llanos del Ampriu, una pradera verde situada a casi dos mil metros de altitud que acoge varios remontes de la estación de esquí.
El fondo del valle de Benasque, entre los llanos del Hospital y el plan d'Aiguallut, es una de las excursiones estrella del Parque Natural Posets-Maladeta. En este tramo de seis kilómetros de longitud podremos ver ibones de alta montaña, praderas verdes infestadas de decenas de riachuelos y, si las nubes lo permiten, el macizo de los Montes Malditos, con los glaciares y los picos de Aneto y la Maladeta dominando este hermoso enclave natural.
Plan d'Estany |
Estacionamos el vehículo en el aparcamiento de tierra previo al Hospital de Benasque, hotel de alta montaña ubicado a 1.750 metros de altitud al que se llega por la carretera A-139 (a 12 km. de Benasque). La senda del Aiguallut parte de los llanos o Plan del Hospital, una hermosa pradera verde por el que discurren múltiples riachuelos, algunos de ellos difíciles de cruzar.
Más arriba, tras superar una subida nada complicada y caminar entre prados y pinos, nos topamos con el Plan d'Estany, una pradera redonda y muy verde que antiguamente acogió un ibón. A partir de aquí el sendero enlaza con la pista forestal que une los Llanos del Hospital con la siguiente parada en la ruta: La Besurta (1.900 m), un caseta-merendero de la que parten varias sendas: al refugio de la Renclusa, a los ibones Billamorta y, la que seguimos nosotros, al Plan d'Aiguallut por el fondo del valle.
La pista serpentea valle arriba con algunos repechos, hasta una planicie carente de río por la que se llega al Forau d'Aiguallut, una cavidad subterránea por donde desaparece el río Aiguallut (procedente de los valles Barrancs y La Caleta) para aparecer nuevamente en los Güells/Ojos del Jueu (Valle de Arán).
El último escalón, para rodear el Forau, nos permite alcanzar el Plan d'Aiguallut una espectacular pradera verde salpicada de agua en forma de ríos e ibones, desde la que se tienen unas impagables vistas de los picos Aneto y Maladeta y de sus respectivos glaciares. Después del almuerzo, mi cuñado Rober y yo hicimos el cabra por la pedregosa y difícil senda que discurre por el fondo de la Ball de Barrancs, al pie del Aneto. El ibón de Barrancs, a 2.420 metros de altitud (cuatrocientos metros por encima del Plan d'Aiguallut) quedaba muy lejos y tiramos la toalla muy pronto, sabedores del tremendo esfuerzo que teníamos por delante.
Por la tarde, de regreso a los Llanos del Hospital, nos detuvimos en el Plan d'Estany para admirar de cerca a un grupo de equinos que pastaba alegremente en la pradera. La escena, entrañable y sosegada, puso la guinda a un estupendo día de asueto en el valle de Benasque.
Los ibones de Batisielles, Perramó y Escarpinosa son la joya de la corona del valle de Estós. Ubicados a más de dos mil metros de altitud, contemplar estos vestigios de la era glacial nos aportará buenas sensaciones, tanto por el entorno que los rodea, con picos que rozan los tres mil metros, como por los impenetrables bosques de hayedos y abetos por los que discurren las sendas y que en otoño despliegan ese color tan carcterístico y peculiar.
Ibón de Escarpinosa |
El sendero comienza en el aparcamiento ubicado al inicio del valle de Estós (1.281 m), en los barracones situados después del puente de San Jaime, a 3,5 kilómetros de Benasque, y sigue las marcas rojiblancas del GR-11. A partir del embalse de Estós el valle se abre y nos ofrece lo mejor del hayedo-abetal. Poco después, en el puente de la Palanca d'Aiguacari, la pista forestal asciende suavemente por la margen derecha del río Estós y más adelante, una vez superado el pequeño refugio pastoril de Sentana, a la altura de la fuente de Coronas, alcanzamos la bifurcación al ibonet de Batisielles.
La nueva senda, GR-11.2, gana altura rápidamente por entre un frondoso bosque de hayas. Por dos veces cruzamos la Aigüeta de Batisielles, torrente que nace a los pies de la tuca de Ixeia, que con sus 2.837 metros de altitud se erige en la cumbre más alta de esta parte del Parque Natural Posets-Maladeta. Más arriba, llegamos al ibonet de Batisielles (1.850 m), un área encharcada que delata la presencia de un antiguo ibón relleno de sedimentos.
Ahora continuamos por la senda de la izquierda, que conduce a Escarpinosa y a los ibones de Perramó, una ruta que se nos antoja muy empinada y pedregosa. Tras 50 minutos de fuerte subida, alcanzamos el impresionante ibón de Escarpinosa (2.042 m). Sus aguas, oscuras, frías y transparentes, parecen un espejo y reflejan ante nuestros atónitos ojos el fascinante paisaje que nos rodea: abetos, pinos y soberbias alturas rocosas. El lugar es maravilloso, quizá sea uno de los mejores ibones de montaña que he visto en los Pirineos.
Eriste, emplazado a 1.100 metros de altitud, se encuentra a dos kilómetros al sur de Benasque, en la encrucijada de los ríos Ésera y Aigüeta de Grist, a orillas del embalse de Llinsols. La localidad es punto de partida de muchos montañeros que quieren escalar el pico Posets, que con sus 3.371 metros es la segunda cima más alta de los Pirineos.
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Tras salir de Eriste se toma el sendero señalizado PR-HU 36, que asciende rápidamente en zigzag proporcionándonos buenas vistas del pueblo, el embalse de Llinsols/Linsoles y las sierras próximas. La Aigüeta de Grist todavía queda lejos, pero tras una larga subida por la pista y penetrar en el valle de Grist, conseguimos enlazar con el cauce del río.
Embalse de Linsoles |
Mirador de Eriste |
La senda nos conduce hasta el puente de Tramarrius (1.245 m), sobre las tumultuosas aguas de la garganta que ha excavado la Aigüeta de Grist, que en este punto recibe las aguas de la Aigüeta de la Ball, un angosto barranco que nace al sur del Posets y que cuenta con numerosos ibones. Nosotros continuamos por el valle de Grist en una ascensión que no da tregua, sin apenas llanos donde descansar. Y de esta guisa, rodeados de una frondosa foresta, alcanzamos nuestro objetivo, la cascada Espigantosa, a 1.500 metros. Más arriba queda el refugio de Ángel Orús, abierto todo el año, que suelen utilizar los montañeros que hacen cumbre en el Posets.
Hay que decir que este itinerario también se puede completar en coche hasta el aparcamiento ubicado frente a la misma cascada de Espigantosa, pero claro está, así se pierde todo el encanto de la subida.
Cascada Espigantosa |
Cascada Espigantosa |