Sta. Mª del Naranco. Oviedo |
Esta excursión de un día comienza en el hotel Juansabeli, a las afueras de Arenas de Cabrales, población situada a orillas de río Cares donde hemos fijado nuestra residencia en Asturias. Desde Cabrales nos dirigimos hacia el oeste del Principado por la carretera interiore AS-114. A partir de Cangas de Onís continuamos por la N-625 y entre Arriondas y Oviedo por N-634.
Oviedo, la capital del Principado, se encuentra en el centro de Asturias y cuenta con un rico legado histórico-artístico en el que destacan los vestigios prerrománicos. Su casco viejo, compacto y accesible a pie, se recorre en una mañana.
Comenzamos la visita por la catedral, de estilo gótico, y a continuación, caminando por calles peatonales, descubrimos bonitas plazas, como la Corrada del Obispo, que conduce al Ayuntamiento, la plaza del Paraguas, la plaza del Fontán, que acoge un mercado, y la plaza Porlier, rodeada de palacios. Paseamos por el parque de San Francisco, el pulmón verde del centro de Oviedo, contemplamos la bonita fachada del teatro Campoamor y, por último, antes de zamparnos una exquisita fabada, nos fotografiamos junto a la estatua de Woody Allen, el gran hijo predilecto de la ciudad.
Tras el almuerzo, montamos en el coche y nos dirigimos al cercano monte Naranco para contemplar dos joyas del prerrománico asturiano. La tercera joya, la iglesia de San Julián de los Prados (el mayor templo prerrománico español, del año 842), ya lo vimos anteriormente. Los dos templos vienen precedidos de un magnífico mirador sobre la ciudad de Oviedo. Este también constituye una gran joya.
Primeramente contemplamos San Miguel de Lillo, templo de reducidas dimensiones levantado en el siglo IX.
Y unos metros más arriba, a pie de carretera, admiramos la iglesia de Santa María del Naranco, levantada en el siglo IX por orden del rey Ramiro I, obra cimera del arte español.
Santa María del Naranco |
Santa María del Naranco |
Por la tarde nos desplazamos a Gijón, en busca de la brisa marina. Aparcamos algo retirado del centro, en zona libre de pago, y por el paseo de Begoña nos acercamos hasta la playa de San Lorenzo.
Playa de San Lorenzo |
Playa de San Lorenzo |
A continuación nos aupamos hasta el cerro de Santa Catalina, un privilegiado observatorio de la ciudad y del mar Cantábrico, que destaca por acoger la obra "Elogio del Horizonte", de Eduardo Chillida.
Cerro de Santa Catalina |
Cerro de Santa Catalina |
De regreso a la parte baja de la ciudad, pasamos por el animado puerto deportivo y a partir de la plaza del Marqués, donde se alza el palacio de Revillagigedo, penetramos en el casco antiguo. Vimos la plaza Mayor y, muy cerca, en la plaza de Jovellanos, nos tomamos una rica sidra en una terraza.
Palacio Revillagigedo |
Plaza Jovellanos |
Regresamos a Arenas de Cabrales por la autovía de la costa, y pasado Colunga, tomamos un desvío a la derecha que nos condujo, por la carretera AS-260, al Mirador del Fito.
El mirador se encuentra en el puerto homónimo, y destaca por sus impresionantes vistas de una parte de la costa asturiana.
Mirador del Fito |
Mirador del Fito |