El Chaltén |
Unos 200 km separan El Calafate de El Chaltén. La parte central de la ruta, entre los lagos Argentino y Viedma, discurre por la carretera 40, por mitad de un páramo tan solo amenizado por el río La Leona. Precisamente, en un meandro del río, nos detuvimos a desayunar en una apartada estancia conocida como La Divina. Más adelante alcanzamos la parte oriental del lago Viedma, de 80 km de longitud. Desde el mirador situado junto a la carretera contemplamos sus aguas lechosas, así como el glaciar Viedma, un poderoso río de hielo que se precipitaba al lago desde el campo de hielo sur.
La carretera 23 une la ruta 40 con El Chaltén por la orilla norte del lago Viedma. Son 60 km en los cuales existen buenos miradores desde los que poder contemplar el glaciar Viedma. En la parte final, en las primeras estribaciones de los Andes, la vía serpentea junto al río de las Vueltas, que marca el límite de la Reserva Nacional del parque de Los Glaciares.
El tránsfer (minibús) se detuvo a las afueras de El Chaltén, junto al río Fitz Roy, en el aparcamiento del Centro de Visitantes del Parque Nacional Los Glaciares. En su interior nos informamos de las condiciones meteorólogicas previstas para ese día, de las excursiones que podríamos realizar y de la fauna que encontraríamos. Estos datos nos fueron muy útiles para planificar la jornada sin que surgieran contratiempos. Nos decantamos por el sendero al Fitz Roy.
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La calle principal de El Chaltén, Av. San Martín, concentra todos los comercios, bares y hostales. Al final de la misma se encuentra el inicio de la senda Fitz Roy. El primer tramo nos sorprendió gratamente; penetramos en un espeso bosque patagónico amenizado por el estupendo mirador que se asoma al río de las Vueltas, cuyo cauce serpenteaba entre montañas nevadas. Era un paisaje maravilloso que se vio recompensado con la aparición de la nieve. En la parte final, tras una hora y media de caminata, alcanzamos la laguna Capri. Más allá de la laguna, entre el manto gris que cubría el cielo, avistamos la pedregosa silueta del Fitz Roy, una de las montañas más hermosas de los Andes.
El regreso a El Chaltén lo realizamos bajo una copiosa nevada y un frío intenso. Había soplado mucho viento durante la travesía, pero al llegar al pueblo se levantó un aire huracanado que impidió que nos aventuráramos hasta el Chorrillo del Salto, una cascada ubicada a 3 km de distancia, junto al río de las Vueltas. Almorzamos tarde y cuando llegó la hora montamos en el tránsfer y emprendimos el camino de vuelta a El Calafate, adonde arribamos siendo ya de noche.