Esta interesante excursión, que nos ocupó toda una mañana, se inicia en el Museo de Valltorta, emplazado entre Tírig al norte y el barranco de Valltorta al sur.
En el museo podréis contemplar varias muestras de arte del paleolítico superior: representaciones de animales y figuras completas, además de la maqueta a tamaño natural de un enorme uro (bóvido).
El museo también exhibe herramientas y objetos prehistóricos, además de paneles explicativos que ayudan a contextualizar la importancia del arte levantino.
Si queréis visitar de forma guiada alguna cueva de la zona tendréis que reservar con antelación, o el mismo día en el mostrador de información del museo. Nosotros tuvimos suerte y pudimos incorporarnos a un grupo que iniciaba la visita a la Cueva de Cavalls a las doce del mediodía.
Las visitas guiadas suelen ser gratuitas. Tened en cuenta que en verano los horarios de estas visitas son a las diez de la mañana, a las doce del mediodía y a las seis de la tarde.
El yacimiento de Valltorta se extiende a lo largo del barranco homónimo, donde se han identificado varios abrigos rocosos con pinturas. Algunos de los más destacados son: Abrigo de la Cueva de Valltorta, donde se pueden ver escenas de caza con arqueros y animales como ciervos y toros; y Abrigo del Barranco de Gasulla, otra área con importantes muestras de arte rupestre levantino.
Y formando parte de la visita guiada, tenemos la Cueva de Cavalls y la Cueva Remigia, que también contienen importantes representaciones prehistóricas.
La cueva de Cavalls se encuentra a 1,4 kilómetros de distancia del museo, en un meandro del barranco de Valltorta. A mediodía, un guía del yacimiento nos reunió a los integrantes de la visita en el vestíbulo del museo.
Iniciamos la caminata con el cielo cubierto de nubes, lo cual agradecí enormemente. La senda, restringida a los vehículos, parte del aparcamiento del Museo Valltorta y en los primeros metros no reviste dificultad, es práctimente llana.
Atravesamos una zona de media montaña con algunos pinos que de vez en cuando sombrean el camino, aunque lo normal es toparse con matorral bajo. Por eso, cuando brilla el sol en pleno verano, se recomienda llevar gorra y gafas de sol.
La senda cuenta con algunas zonas de descanso, y a mitad de camino, además, podréis ver la recreación de una construcción típica de la época íbera.
Transcurridos veinte minutos de alegre caminata alcanzamos el barranco de Valltorta, uno de los sitios arqueológicos más importantes de España.
El barranco es conocido por sus impresionantes muestras de arte rupestre levantino, un estilo artístico prehistórico que está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Este conjunto de abrigos rocosos ofrece una ventana única a la vida y creencias de las comunidades prehistóricas que habitaron la región hace más de 7.000 años.
La Cueva de Cavalls se localiza en un meandro de la margen izquierda del barranco de Valltorta, en un punto en el que el barranco recoge las aguas de varios manantiales.
La entrada a la cueva está protegida por una verja metálica. Tras franquearla, hay que descender por un estrecho pasillo jalonado por altas paredes rocosas. ¡Es un lugar impresionante!
![]() La verja metálica |
![]() El pasillo rocoso |
El acceso a la Cueva de Cavalls continúa por unas pasarelas metálicas. A nuestra izquierda teníamos el barranco de Valltorta, que en agosto bajaba más seco que el aire que respirábamos.
Y al final de la pasarela metálica pudimos, al fin, admirar la pinturas rupestres de la Cueva de Cavalls. Huelga decir que las más importantes fueron arrancadas de la pared y actualmente se exponen en una galería del Museo Valltorta.
El abrigo tuvo una importancia simbólica destacada en sucesivas etapas de la prehistoria, como demuestra su utilización como escenario para pintar y la acumulación de motivos pintados de diferentes estilos y épocas.
En la fase más antigua se pintaron motivos geométricos. A una fase posterior corresponden los grandes arqueros que marchan hacia la izquierda y que ocupan las zonas altas de todo el abrigo. En la tercera etapa se pintaron la escena de caza de ciervos y otros arqueros y animales.
En 1917, cuando se produjo el descubrimiento de la Cueva de Cavalls, existían en el abrigo 57 figuras en desigual estado de conservación. En años posteriores sufrió los efectos del vandalismo, con el arrancado y destrucción parcial de numerosas figuras.
Mas de les Casetes se encuentra al sur de Los Rosildos, pedanía perteneciente al municipio de Sierra de Engarcerán. La mejor forma de llegar hasta ella desde Barcelona es dando un rodeo por Torreblanca y Vall d'Alba, aunque nosotros elegimos un trazado más directo y sinuoso, vía Vinaroz, Sant Mateu, Tírig y Albocàsser.
Mas de les Casetes nos brindó descanso y mucha diversión gracias a su piscina y a su amplia zona recreativa. Dentro de la casa disponíamos de billar, mesa de ping-pong, futbolín y dardos, y en el exterior, en torno a la piscina, había un campo de fútbol, una tirolina, una pista de badmington y hasta un pequeño minigolf.