Centro histórico de Mojácar |
45 kilómetros (50 minutos) separan San José de la playa de los Muertos. Situada al sur de Carboneras, esta playa es una de las más bonitas del Parque Natural de Gata, pero nosotros, por llegar tarde, nos quedamos sin poder verla.
El aparcamiento estaba lleno y no nos quedó otro remedio que poner en marcha el plan 'B': dirigirnos a Mojácar por la carretera de la costa, vía Carboneras. Al norte de de esta villa alcanzamos el mirador de La Granatilla, una maravillosa atalaya desde la que poder contemplar el mar y la sierra norte del Cabo de Gata.
Al norte del mirador, avanzando por la carretera de la costa, llegamos a la playa de Las Ventanicas, una de las más largas de Mojácar, que cuenta con paseo máritimo.
En su extenso arenal, como quedó patente ese día, no tendréis problemas para plantar la toalla. Ahora bien, el día anterior tuvimos tormenta en el Cabo de Gata, que vino acompañada de fuerte viento y lluvia. Por eso, esa jornada el mar estaba revuelto, con grandes olas que dificultaron el baño.
Buscábamos un buen restaurante por la playa de Mojácar donde mover el bigote, y "San Google" nos aconsejó Neptuno, un magnífico local situado junto al mar, en la barriada de Cañada Aguilar.
En agosto es aconsejable que realicéis una reserva si queréis almorzar en este aclamado restaurante especializado en paellas, espetos y platos marineros. Su proximidad a la playa del Descargador, con la agradecida brisa marina, sumado a la exquisitez de la paella, hizo que comer en el exterior se convirtiera en un auténtico placer.
Unos tres kilómetros separan la playa del centro histórico de Mojácar, que se levanta en lo alto de un cerro. Conviene estacionar los vehículos en los aparcamientos habilitados (seguid los carteles indicativos), pues la mayoría de las calles del centro son estrechas y peatonales.
En la calle París encontraréis un ascensor que os conducirá, por la ley del mínimo esfuerzo, hasta la parte alta de Mojácar, en concreto a la calle Aire. Aquí disfrutaréis de una buena vista panorámica.
La calle Aire nos permitió abordar las callejuelas peatonales del viejo Mojácar, con el característico color blanco de las casas acompañándonos en todo momento.
Calle Estación Vieja. Mojácar |
Calle Estación Vieja. Mojácar |
Estábamos en una de las zonas más altas de Mojácar. Las callejuelas nos condujeron a la plaza del Frontón, y en uno de sus extremos pudimos admirar la iglesia de Santa María, del año 1560.
Al otro lado de la iglesia, en las calles que más se asocian con el corazón de la ciudad, encontraréis la oficina de turismo, y junto a ella podréis ver La Mojaquera del Campo, la estatua más famosa de la villa.
Mojácar estaba en fiestas. En la plaza Nueva estaban instalando una orquesta; la música de unos bares ambulantes sonaba a todo trapo. Fue el lugar ideal para tomar un descanso en forma de helados, refrescos y mojitos.
En un extremo de la plaza, donde se alinea una larga barandilla de hierro, encontraréis el Mirador de la plaza Nueva, que os brindará una buena vista de la vega que se extiende a los pies del cerro.
Desde la plaza Nueva podéis auparos hasta el Mirador del Castillo, situado en la parte más alta del pueblo. Desde él disfrutaréis de una magnífica vista panorámica del litoral mojaqueño.
Descendimos del Mirador del Castillo por estrechas callejuelas, como las calles Horno o La Guardia, y fuimos a parar a la llamada Puerta de la Ciudad, o de la Almedina, uno de antiguos accesos al viejo Mojácar por el sur.
Puerta de la Ciudad. Mojácar |
Puerta de la Ciudad. Mojácar |