La raíz euskérica "esp" se repite por centenares en la península Ibérica; por tanto, cabe pensar que es nuestra, que nadie nos la ha impuesto, y que los nombres de lugar donde aparece tendrían relación con alguno de los ejemplos que hemos visto anteriormente. Cuando hablamos de toponimia, las casualidades no existen. Veamos algunos ejemplos: