Cristo y Torre del Castillo |
Arcos le debe mucho al ferrocarril. En el siglo pasado, antes de la inauguración de la línea AVE, eran muchos los trenes que efectuaban parada en su camino a Zaragoza, Madrid o Barcelona: Rápido, Expreso nocturno, Regional, Cercanías, etc.
Cuando era un mozalbete llegué a Arcos en alguno de esos trenes, hoy desaparecidos. Actualmente, uno o un par de trenes por sentido paran en Arcos, son los Media Distancia. Es todo lo que queda de aquellos años gloriosos. Y deberíamos rezar para que Renfe no suprima la línea.
La estación de tren de Arcos esconde un tesoro en forma de locomotora de vapor. Para verlo tenéis que atravesar las vías en sentido Madrid o estacionar el coche en una calle que parte de la antingua N-II (sentido autovía A-2).
Se trata de la locomotora Mikado, tipo 141, que Renfe adquirió entre 1953 y 1960, una de las que marcó el capítulo final de la tracción vapor en España, ya que fueron las últimas en servicio comercial.
Su potencia normal indicada era de 2.000 CV y pesaba 69 toneladas (105 Tn en servicio). Su velocidad máxima autorizada era de 90 km/h, aunque llegaron a alcanzar los 115 km/h, y su diámetro de ruedas motrices, 1.560 mm, las hacía muy adecuadas para todo tipo de servicios (viajeros y mercancías).
Las Mikado prestaron servicio por toda España y remolcaron trenes importantes, como el Lusitania Expreso, que circulaba entre Madrid y Lisboa. La Mikado de Arcos es la 141F-2263.
El casco viejo de Arcos se localiza en la margen izquierda del río Jalón, a mucha distancia de la estación de ferrocarril. Dos cerros lo delimitan, uno de los cuales acoge el castillo.
La disposición de sus calles confluyen en la plaza Mayor, que acoge la iglesia gótica de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVIII.
En lo alto de una colina que domina la villa, se alza el Cristo y la sobria Torre del Homenaje, que un día formara parte de un castillo medieval.
La Torre del Homenaje es lo único queda del Castillo, un edificio de planta triangular contruido en el siglo XIV o XV. Si os aventuráis a subir hasta su base tendréis una buena panorámica de Arcos y del valle del Jalón.
La estación de ferrocarril originó la ampliación de Arcos hacia el Jalón, el único río de la provincia de Soria que lleva sus aguas al Mediterráneo (a través del Ebro). Desde una de estas calles de nueva factura, o desde el parque del río, podemos relajarnos viendo el fluir de sus cristalinas aguas.