Iruecha está unida con la A-2 por dos carreteras locales: la SO-P-3008 desde Arcos de Jalón y la Z-V-4504 desde Ariza (Zaragoza). La primera atraviesa el sabinar del Solorio de norte a sur y, si se hace en bicicleta desde Judes, es una auténtica gozada, y también un rompepiernas.
En la parte alta del pueblo se encuentra el frontón, una única pared que llamará la atención de los recién llegados. A mano derecha tenéis el único bar del pueblo.
A partir del frontón, las calles Cervantes y de la Cruz bajan hacia la plaza. Si vais en fiestas, en torno al 20 de agosto, las veréis engalanadas y adornadas con flores.
Entre las calles Cervantes y de la Cruz, junto al frontón, se localiza la única casa rural que existe en los pueblos del sabinar: Casa Rural Sabinar del Solorio.
El corazón de Iruecha, como no podía se de otra forma, está reservado a la plaza Mayor, dedicada a Mariano Casado. A su alrededor podréis ver casas de arquitectura típica de la zona.
En el centro del pueblo, cerca de la plaza Mayor, destaca la iglesia de San Juan Bautista, que acoge las reliquias empleadas en la festividad de la Soldadesca (faroles de cristal y banderas de seda).
En estos pueblos de la España profunda, el fin del verano implica que las familias con niños marchen a la ciudad, y que sólo se queden las personas mayores. En base a ello, las fiestas patronales se trasladan a agosto. Iruecha, además, con el añadido de celebrar "la Soldadesca".
"La Soldadesca" es la recreación de una batalla entre moros y cristianos que tuvo lugar por esta zona en tiempos de la reconquista. Se celebra en las eras, justo detrás del frontón. Intervienen actores que siguen un guion y caballos que, de vez en cuando, se lo saltan para regocijo del numeroso público que congrega el evento.
La fiesta no acaba aquí. Los aldeanos, vestidos con trajes típicos, realizan danzas populares en la plaza del frontón. Y al anochecer, por el laberinto de calles empinadas que se apiñan en torno a la plaza, se procesiona el laberinto de los faroles.
El patrimonio arquitectónico de Iruecha está conformado por los restos de la ermita de San Roque y por los cimientos de una torre islámica. Pero poco queda de estas construcciones. En la parte baja del pueblo, como cabría esperar, veréis la fuente y su largo pilón.
A partir de la fuente, si os adentráis un poco por alguna pista, más allá de los sembrados, conseguiréis la foto más bonita del pueblo.
Y si tomáis el camino de Algondrón, veréis la laguna de Iruecha, un lugar tranquilo donde poder contemplar aves, ranas y otros bichitos.
Siguiendo una larga pista en dirección norte, más allá de la pequeña laguna, podréis llegar a Algondrón, un lugar semi abandonado que sorprende por su tranquilidad y por el lavadero de grandes dimensiones situado en mitad del valle.
Algondrón está muy cerca del Monte Otero (1.290 metros), el techo de la sierra del Solorio. El arroyo del Otero, alimentado por un manantial de aguas cristalinas, abastece de agua fresca al lavadero.
A unos metros más abajo, siguiendo la pista del arroyo del Otero, pasaréis por un escarpado valle de paredes rocosas donde crece el té de roca. Si os gusta el té y lleváis un buen mapa cartográfico de la zona, podéis pasar un buen rato recogiéndolo.
La sierra del Solorio se extiende por las provincias de Soria, Guadalajara y Zaragoza. En las cotas altas, que van desde los mil a los 1.400 metros de altitud, crece el sabinar más extenso de Europa, compuesto principalmente por la sabina albar.
Se trata de un territorio ondulante, repleto de suaves colinas y de pequeños valles con riachuelos intermitentes que desaguan en los ríos Jalón y Mesa. Los principales pueblos sorianos del sabinar son Judes, Iruecha y Chaorna, y en Guadalajara tenemos Maranchón y Codes.