Judes está a 1.231 metros de altitud, rodeado de sabinas centenarias, y por eso los veranos son algo más llevaderos que en otras latitudes.
Judes cobra vida en verano y en fechas señaladas del calendario: Semana Santa, Navidad, puentes... El resto del año, como ocurre en la España vaciada, viven cuatro gatos y un candado sella las casas.
En el pueblo destaca su iglesia parroquial, dedicada a la Asunción, un descomunal edificio comparado con las reducidas dimensiones del pueblo.
En los años ochenta, la nave de la iglesia fue reconstruida tras ser destruida, años atrás, por la caída de un rayo. Precisamente, una de las paredes del templo es, a la vez, el frontón del pueblo, que por su gran tamaño, es la envidia de media provincia de Soria.
Las fiestas de Santa Teresa de Jesús son en octubre, pero, como ocurre en los pueblos vacíos de este país, se han trasladado a agosto. Con las casas llenas y el dinero de todos es más fácil contratar orquestas, hinchables para niños, cátering, etc.
Judes ya no tiene Ayuntamiento propio, es una pedanía de Arcos de Jalón, población que no invierte lo suficiente en infraestructuras y servicios. La Asociación Cultural de Judes, con el dinero que recauda gracias a las aportaciones de los vecinos del pueblo, pone su granito de arena. De esta manera, conseguimos lo que Arcos no nos da.
En Judes, como ocurre en muchos lugares de la España vaciada, no llega la fibra; y a la falta de Internet, le tenemos que sumar los problemas de cobertura ocasionados por la vieja antena de telefonía, de la que nadie se responsabiliza (ni el Ayuntamiento de Arcos ni Movistar).
JUDES Y EL REY DE ARABIA SAUDÍEn el verano de 2023 unos reporteros de Antena 3 se desplazaron a Judes para denunciar este hecho. Los vecinos gritaron "queremos cobertura"; y la cosa quedó ahí. En la actualidad seguimos sin fibra y sin que sustituyan o adapten la antena de telefonía. En fin...
Años atrás, eran muchas las fuentes por las que manaba agua en Judes, pero la falta de lluvias o la pérdida de los acuíferos, las han secado. Un manantial que siempre tiene agua es el de la fuente del Farzazoso. Situado a las afueras del pueblo, antaño tuvo muchas charcas rebosantes de ranas.
Son muchas las sendas que parten de Judes y se adentran en el sabinar. Una de ellas, quizá la más frecuentada por los caminantes, nos conduce al Llano del Sabinar. Al final del mismo, reafirmando el origen del topónimo de Judes, tenemos el Mirador de las Piedras.
A unos dos kilómetros de Judes, en mitad del sabinar, se localiza la laguna de Judes, apta para darse buenos chapuzones cada vez que el acuífero la llena (cosa que ocurre cada vez con menos frecuencia).
La última vez que la laguna tuvo agua en agosto fue en 2020 (fotos de arriba). A partir de esa fecha, esta enorme balsa presenta su aspecto habitual: sin una gota de agua.
Cuatro kilómetros, por la carretera de Iruecha, separan Judes del Pozo Piojoso, uno de los rincones más bucólicos de la villa, utilizado desde tiempos inmemoriales por los pastores para dar de beber a sus rebaños.
En verano, las sombras de sus sabinas acogen el tradicional turismo de fiambrera y manta que tanto se asocia con la imagen de la España interior.
A un kilómetro del pozo Piojoso, en la carretera de Iruecha, se encuentra el Hoyo Redondo, una enorme hondonada rodeada de suaves colinas pobladas de sabinas. Nunca había visto agua en este lugar, pero en la Semana Santa de 2024, como resultado de varios días seguidos cayendo agua y nieve, lo que parecía ser un simple hoyo se convirtió en una laguna. La frase "este lugar tiene pinta de haber acogido agua en el pasado" cobró al fin sentido.
La sierra del Solorio se extiende por las provincias de Soria, Guadalajara y Zaragoza. En las cotas altas, que van desde los mil a los 1.400 metros de altitud, crece el sabinar más extenso de Europa, compuesto principalmente por la sabina albar.
Se trata de un territorio ondulante, repleto de suaves colinas y de pequeños valles con riachuelos intermitentes que desaguan en los ríos Jalón y Mesa. Los principales pueblos sorianos del sabinar son Judes, Iruecha y Chaorna, y en Guadalajara tenemos Maranchón y Codes.