Portada de la iglesia de Jánovas. Fiscal |
Esta ruta en coche comienza en Los Pinarillos, la casa de colonias ubicada en la verde pradera por la que serpentea el río Ara a su paso por Sarvisé.
Al sur de Sarvisé, en dirección a Aínsa, encaramada a 1.103 metros de altitud, se localiza la pequeña población de Asín de Broto, un apartado lugar al que se accede por una retorcida carretera de montaña.
Asín de Broto es una diminuta localidad que destaca por su vieja iglesia del siglo XVI. Es una de tantas pedanías pirenaicas que permanecen prácticamente en el olvido, y que dependen del pueblo mayor para su subsistencia, en este caso de Broto.
Junto a la iglesia, pastando en un prado verde, pudimos ver a un nutrido grupo de ovejas dándose un festín a base de hierba fresca.
Aguas abajo nos detuvimos en Fiscal, caserío ubicado a 768 metros de altitud, enmarcado en un pintoresco panorama, con tupidos bosques de pinos en las laderas y floridos bancales y huertos en las orillas del río.
Edificada junto al río Ara, en una zona de grandes remansos y buenas playas, Fiscal destaca por sus casas infanzonas, con escudos de armas sobre su portada, y por su torre fortaleza, de origen medieval, conocida también como Casa Costa, con sus ventanales góticos y rematada por almenas.
Junto a la iglesia del pueblo encontraréis la portada románica de la iglesia de Jánovas, del siglo XIII, que se trasladó a este emplazamiento para salvarla del embalse de Jánovas (nunca se construyó).
La construcción del embalse de Jánovas, en el desfiladero que lleva su nombre, inundó las mejores tierras del valle del Ara y trajo consigo la expropiación forzosa de todos los pueblos afectados, como Jánovas.
El núcleo abandonado de Jánovas es visible desde el mirador ubicado en la carretera N-260. Vale la pena detenerse aquí unos minutos para contemplar los desastres que podemos ocasionar los humanos con una estúpida decisión, en este caso, el proyecto de construir un embalse en uno de los ríos más largos del Pirineo.
Al otro lado del río Ara, el pueblo de Jánovas se confunde pintorescamente entre los rastrojos, prados, setos y jardines que rodean sus viviendas, de los que resalta la iglesia parroquial, con portada románica (la vimos en Fiscal).
La ruta concluye en Aínsa, la capital del Sobrarbe. Desde el aparcamiento de coches atravesamos lo que hoy son las primeras defensas: muros y foso por el noroeste, pertenecientes al viejo castillo.
TOPÓNIMO DE AÍNSAConviene auparse a la muralla del castillo, y recorrer el perímetro para disfrutar de unas sublimes vistas panorámicas, hacia el este el núcleo de Aínsa y al norte el macizo del monte Perdido, en el cercano Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
En su coqueto casco antiguo, de origen medieval, paseamos por la porticada plaza mayor y caminamos pausadamente por sus apretadas calles peatonales, con almuerzo incluido en uno de sus muchos aclamados restaurantes.