Castillo de Benabarre |
La carretera N-330 (Vielha-Lérida) es el princicpal acceso a Benabarre por el eje del Noguera Ribagorzana. Conviene llegar pronto, y así poder tomar una buena taza de chocolate en la chocolatería Brescó, que encontraréis a las afueras, en la mencionada carretera.
Podéis comenzar la visita al centro histórico de Benabarre por la plaza Mayor. En el centro veréis una fuente y a la entrada tenéis el Ayuntamiento, o Casa de la Vila, rematado con arquería aragonesa.
En un lateral de la plaza Mayor, concretamente en el porticado callejón Virrey, encontraréis una de las oficinas de turismo (la otra está junto al castillo).
De la plaza Mayor parte, en ligera pendiente, la calle Mayor, una de las principales vías del Benabarre medieval. La calle os sorprenderá por sus soportales y por los tramos parcialmente cubiertos por arcos, como el de la calle del Arco.
La calle Mayor acoge interesantes casas, como la blasonada de los Cambra o la antigua abadía. En la parte alta tenéis la actual residencia de los Cambra, una casa que tampoco os dejará indiferentes.
En el centro de la calle Mayor se abre la plaza que acoge la iglesia de Nuestra Señora de Miraflores. En su interior podéis ver algunas piezas de valor, como la talla románica de la virgen de Linares, el arca de San Medardo (s. XVI) o un retablo gótico.
El castillo actual es la suma de tres recintos fortificados, donde destacan los restos de sus murallas (siglo XVII), construcción que podréis apreciar en todo su esplendor desde la calle Zurita.
Una vez accedáis al castillo, tal como nos dijo el empleado, conviene comenzar la visita por el aljibe, de los siglos XIV-XV, una cisterna de grandes dimensiones tallada en la roca natural, perfectamente forrada con sillares.
Frente al aljibe y la iglesia tenéis el Fuerte del Castillo, reconocible por su pequeña garita. Si os asomáis a la muralla tendréis una excelente vista panorámica de Benabarre.
Ahora conviene realizar una incursion al interior de la iglesia, de estilo gótico, del que destaca la portada (s. XIV-XV), el edificio anejo (s. XI-XIII), el órgano (s. XVI), el Coro (s. XIV), o el Carnario (s. XIV).
En un extremo del castillo se alza el Baluarte (siglos XVI-XVIII), sistema de fortificación de época moderna que destaca tanto por sus formas triangulares como por las pentagonales.
La parte más alta de la foritificación está reservada al Fuerte Fusilero. Junto a él podréis ver restos del castillo del siglo XI y de las iglesias románica y gótica.
A las afueras de Benabarre se encuentra el acceso al pozo de hielo, una nevera gigante utilizada para la fabricación de bloques de hielo, construida mucho antes de que en Europa aparecieran los primeros frigoríficos.
El acceso al pozo se encuentra muy cerca de las piscinas municipales, junto al observatorio meteorológico. Aquí conviene hacer un alto para contemplar la cara norte del castillo de Benabarre.
El cartel que indica el acceso al pozo está al inicio de la senda GR-18.1, pero no debéis tomar este camino, debéis desviaros a la derecha a la altura de una casita blanca, en dirección al barranco de Linares.
El caminito rodea la estación meteorológica y un estanque donde podréis ver peces; y, tras acometer un leve descenso, os conduce a la entrada del pozo, situada en un lateral de la construcción.
El pozo tiene una profundidad de unos diez metros. Se accede a él de forma gratuita por una pequeña cavidad, (como la entrada a un iglú), que conduce a una escalera metálica.
En su interior tenéis carteles interpretativos que os mostrarán cómo fabricaban el hielo en el siglo XVII, cómo lo extraían del pozo y cómo lo transportaban a Barbastro y Monzón.
Interior del pozo |
Interior del pozo |
Dos kilómetros al norte de Benabarre se encuentra el paraje de San Medardo. Se puede llegar a él por la senda GR-18.1 (compartida por vehículos a partir del cementerio) o en coche, opción que elegimos nosotros.
La actual ermita de San Medardo fue construida en el siglo XVIII, aunque parece reproducir un edificio anterior de fecha desconocida. Está integrada en un extenso parque jalonado por altos árboles que proporcionan buenas sombras en verano. En la alameda encontraréis un merendero con barbacoas y una zona de juegos.
Su curiosa forma octogonal es herencia de los antiguos templos paleocristianos y bizantinos de planta central, cuya función principal era la de servir de panteón o guardar los restos o reliquias de algún personaje sagrado. En la base del edificio hay una fuente de agua.