Se tarda algo menos de una hora en llegar a Trillo desde Pastrana por la orilla septentrional del río Tajo. A falta de miradores sobre el pantano de Entrepeñas, fijamos la vista en las Tetas de Viana o peñas de Braña, dos montañas gemelas visibles desde buena parte de la Alcarria.
Si llegáis a Trillo por el norte, tomad el desvío de la izquierda en cuanto entréis en el pueblo, y así podréis estacionar el vehículo en la calle que se asoma a las cascadas del río Cifuentes: calle la Vega.
Asomaos a las barandillas de la calle de la Vega para contemplar este espectáculo de la naturaleza. El río Cifuentes, en su tramo final antes de unirse al Tajo en el mismo Trillo, forma varios espumeantes saltos de agua, las famosas cascadas del río Cifuentes.
Este corto curso de agua (de 12,7 kilómetros de longitud) nace en el vecino municipio de Cifuentes, a 890 metros de altitud, y desemboca en el río Tajo, a 760 metros de altura, en el casco urbano de Trillo.
Las cascadas del río Cifuentes se deben a la formación, en el cauce del río, desde hace miles de años, de las llamadas terrazas tobáceas. Poco a poco, con el paso del tiempo, los materiales que arrastra el río han ido creando una especie de escalones o terrazas, dando lugar a estas hermosas cascadas.
La Casa de los Molinos, como se conoce a este emblemático edificio de Trillo, es una de las construcciones más antiguas de todo el pueblo. Su existencia se remonta a más de 700 años y siempre ha estado destinado a aprovechar la fuerza de las aguas del río Cifuentes.
En la orilla del río Cifuentes (y en la de su vecino Tajo) crece una etrecha franja de vegetación conocida como bosque de ribera. Las plantas que aquí crecen necesitan una gran humedad en el suelo para poder desarrollarse.
Una senda provista de barandillas y de prácticos escalones discurre por la orilla izquierda del río Cifuentes. Enlaza las cascadas Pequeña y del Mesón. Al avanzar por ella descubriremos la fuerza con la que baja el río y el rumor armónico del agua al precipitarse por los pequeños saltos.
El puente sobre el río Cifuentes es uno de los monumentos más destacados de Trillo. Fue construido en 1701, aunque su estructura ha ido variando con el paso del tiempo, posibilitando el tránsito de vehículos. Desde el puente tendréis una buena vista panorámica de las cascadas del río Cifuentes.
De mayores dimensiones y más antiguo que el puente sobre el río Cifuentes, el puente del Tajo es uno de los lugares mas representativos de Trillo. Se cree que fue construido en el siglo XVI (en el mismo lugar que ocupó una construcción anterior). Destaca por su único ojo y por sus fuertes estribos laterales.
Vale la pena asomarse a lo más alto del puente para contemplar cómo fluyen las aguas del río Tajo. Bueno, si veis la central nuclear al fondo no os asustéis. Todo está controlado. También cabe la posibilidad de que avistéis alguna nutria, pues suelen nadar en estas frías aguas.
Conviene acercarse al núcleo histórico de Trillo y pasear por la plaza Mayor. Situada muy cerca de los puentes del Tajo y el Cifuentes, la plaza acoge el Ayuntamiento y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Lo que no me gustó fue la presencia de tanto coche aparcado, ocupando un espacio que debería ser peatonal (o cuasi peatonal).
Desde la calle de la Vega, situada por encima de las cascadas del río Cifuentes, tendréis la mejor vista panorámica de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un bello templo de estilo renacentista terminado a mediados del siglo XVI.