Majaelrayo es uno de los pueblos de la Arquitectura Negra situado más al norte. Está a 1.186 metros de altitud, en un entorno de alta montaña dominado por pinares, robles y estepas.
Majaelrayo es el pueblo de la Arquitectura Negra que elegimos para hospedarnos y realizar excursiones por la zona. La casa rural El Pajar Negro, un bello ejemplo de construcción a base de piedra y pizarra negra, resultó ideal. Buen trato, buen desayuno, bien equipada y bien situada.
La villa destaca por ser el punto de origen para escalar el pico Ocejón, de 2.048 metros de altitud, y por su arquitectura serrana, ejemplificada en la piedra negra y en los tejados de pizarra de sus edificios, incluido el Ayuntamiento.
Un paseo por el pueblo debe incluir la iglesia de San Juan, construida probablemente en el siglo XVI, caracterizada por sus portalillos y por la pila bautismal del siglo XVI.
La GU-186 es una de las carreteras que vertebran la Ruta de la Arquitectura Negra. Desde Majaelrayo se tarda unos cinco minutos (3,6 km) en alcanzar Campillo de Ranas, uno de los pueblos más populares del valle.
Situado a 1.100 metros de altitud, Campillo destaca por su conglomerado urbano conformado por la típica arquitectura negra de cubiertas de pizarra con cumbreras de lajas voladas entrecruzadas a tijera.
En el centro de Campillo destaca la iglesia de Santa María Magdalena, un ejemplo de construcción de pizarra, que representa uno de los máximos exponentes de la Arquitectura Negra del pueblo. De gran sencillez, destaca su portada y la torre, construida con piedras calizas de diversos tonos.
Algo más de cuatro kilómetros separan Campillo de Ranas de Campillejo, nuestra siguiente parada en la Ruta de la Arquitectura Negra.
Campillejo es un pequeño villorrio de fabulosas casas de Arquitectura Negra realizadas con mampostería de pizarra y grandes lajas en las cubiertas, también de pizarra. Merece la pena recorrer sus calles sin prisas, y aparte de turistas, suerte tendréis si veis a alguno de sus 17 habitantes.
Almorzamos en el restaurante Los Manzanos, situado en el centro de Campillejo, especializado en comida típica serrana, con platos contundentes donde predominaba la buena carne.
Majaelrayo es el pueblo ideal para realizar excursiones a pie por la zona, algunas de ellas aptas para niños pequeños, como el tramo de la GR-60 que nos condujo hasta Robleluengo.
Partimos a media tarde de Majaelrayo. La senda GR-60, que apenas tiene altibajos, discurre en todo momento por mitad del campo. Los cien primeros metros, hasta el cruce con la carretera de Riaza, fueron en ligera cuesta abajo.
A mitad del recorrido cruzaremos el cauce seco de un riachuelo, el Arroyuelo, y a partir de aquí, la pista asciende por entre un pequeño bosque delimitado por muretes de piedra.
Transcurridos cuarenta minutos de agradable paseo, alcanzamos Robleluengo, pequeña aldea que distribuye sus construcciones de pizarra a lo largo de la única calle que posee.
Merece la pena que le echéis un vistazo a la pequeña iglesia de Robleluengo y a la fuente ubicada junto al parque infantil.
El regreso a Majaelrayo, sin niños, lo completamos mi cuñado y yo en poco más de veinte minutos. Esta excursión finalizó a bordo de los vehículos, pues ambos pueblos están unidos por carretera en diez minutos escasos.