Se tarda una hora en llegar a Jadraque desde Majaelrayo, el pueblo de la Arquitectura Negra donde habíamos fijado nuestra efímera residencia. Al llegar al valle del Henares, antes de entrar en Jadraque, veréis en lo alto de un cerro el castillo del Cid, una fortificación tardomedieval terminada en el siglo XV. ("El más perfecto del mundo", según Ortega y Gasset.
Gracias a las excavaciones arqueológicas realizadas, se ha demostrado la existencia de una atalaya de origen islámico de finales del siglo VIII, que fue conquistada en el año 1085 por Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, durante su destierro.
Cuando estacionéis el vehículo, dirigíos a la plaza de las Posadas, pues os servirá de referencia para acometer la calle Mayor, en el centro histórico. Desde la plaza divisaréis, en lo alto del cerro, el castillo del Cid.
Al inicio de la calle Mayor veréis La Saleta de Jovellanos, que se ubica en la planta baja de la antigua Casa-palacio de la familia Arias de Saavedra, actualmente conocida como la Casa de las Monjas. En ella podréis disfrutar de los frescos realizados por Gaspar Melchor de Jovellanos y Francisco de Goya en 1808.
Hacia la mitad de la calle Mayor veréis la plaza Mayor o de la Constitución, presidida por el Ayuntamiento, un edificio del siglo XVII de fábrica sencilla con muros de mampostería con contrafuertes para reforzar los muros, y portada con detalles barrocos.
En Jadraque existen varias fuentes que abastecían a los vecinos de la ciudad, y entre ellas destaca la fuente de la plaza Mayor. Fue construida en 1761, su pilón tiene forma octogonal y en el centro se abre una columna igualmente octogonal. Vierte el agua por cuatro caños decorados con caras antropomorfas de tritón.
Al final de la calle Mayor, en la plaza Gutiérrez de Luna, se alza la iglesia de San Juan Bautista, construida a finales del siglo XVII en estilo barroco sobre los restos de una iglesia del siglo XIII de estilo románico.
Del exterior destacan la portada y la torre campanario, ambas del siglo XVII. La portada presenta una rica decoración barroca, aunque algunos investigadores indican que tiene motivos manieristas.
Mi paseo por Jadraque concluyó en un banquito de la plaza de San Roque, junto a una de las muchas fuentes que se asocian con la imagen de Jadraque.