Lo primero que uno ve cuando llega al centro de Astorga es la muralla romana, construye a finales del siglo III d.C. o principios de la siguiente centuria en el marco de un proceso de fortificación que tuvo lugar en la Península Ibérica y que afectó con mayor intensidad al noroeste hispano.
La muralla tiene una longitud de 2’2 kilómetros y abraza un recinto de 26 hectáreas de superficie. Destaca la altura de las torres que lo jalonaban y el grosor de sus lienzos (entre 4 y 5 metros) con respecto a recintos construidos en épocas anteriores.
Lo habíamos visto junto a la Catedral, desde el otro lado de la muralla romana. El Palacio de Gaudí, edificio neogótico-modernista proyectado por el arquitecto catalán Antoni Gaudí, nos impresionó mucho más cuando lo tuvimos enfrente.
Las obras del edificio comenzaron en 1889, pero, tras la repentina muerte del obispo Juan Grau (él fue quien mandó construir el Palacio), Gaudí abandonó el proyecto, que quedó paralizado hasta que lo terminó en 1913 el arquitecto Ricardo García Guereta.
Por su singularidad, el Palacio constituye uno de los edificios más destacados del patrimonio monumental de Astorga. En 1963 se convirtió en el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago. Admiramos algunas salas durante la visita que realizamos, sin apenas tomar fotos por estar prohibidas.
La construcción de la Catedral comenzó en 1471, remodelándose el antiguo templo románico existente en el mismo solar. La obra no se terminó hasta el siglo XVIII, por lo que podemos encontrar varios estilos de arte religioso español combinados en el mismo edificio.
La plaza Mayor, porticada y de planta cuadrangular, está asentada sobre parte del antiguo foro romano de Asturica, por lo que lleva siendo plaza pública desde hace más de 2.000 años.
Situado en la Plaza Mayor, las obras del Ayuntamiento comenzaron en 1683 dirigidas por Francisco de la Lastra, para ser terminadas en 1704. El edificio fue reformado en 1994, conservándose la armoniosa fachada original del edifico, típica del barroco civil leonés.
A los lados del reloj del Ayuntamiento se encuentran los maragatos Juan Zancuda y Colasa. Desde 1748 estas figuras autómatas, vestidas con el traje típico regional, se mueven a todas las horas en punto para golpear la campana del reloj con su mazo y hacer sonar las horas.
También contemplamos algunas ruinas romanas pertenecientes a la antigua Asturica Augusta, como el Domus del Mosaico o Plaza Romana, construido entre los siglos I y IV d.C., localizado junto al convento de los Padres Redentoristas.