Procesión junto al castillo |
Entramos en El Bierzo por el puerto del Manzanal (1.225 m), en la autovía A-6, ruta que sigue el Camino de Santiago desde León y Astorga. Y al caer la noche alcanzamos Ponferrada, ciudad que debe su nombre a un puente de hierro construido sobre el Sil a finales del siglo XI para facilitar el paso de los peregrinos hacia Santiago de Compostela.
Esa noche, y las siguientes que pasamos en El Bierzo, nos hospedamos en el hotel El Castillo, en pleno centro de Ponferrada. El alojamiento nos gustó: excelente atención, aparcamiento gratuito en las calles próximas, buena relación calidad-precio y bien situado, a pocos metros del Castillo Templario.
Al final de la calle del Castillo, a los pies del Castillo Templario, se alza la iglesia de San Andrés, de origen medieval, aunque el templo actual es barroco de finales del siglo XVII.
Esa noche salimos a reconocer el centro histórico de Ponferrada, que se levanta en torno a su castillo templario del siglo XIII. Mereció la pena ver sus muros iluminados. Cerca del castillo vimos la basílica de la virgen de la Encina, terminada en 1607, de estilos renacenstista y barroco.
De la plaza de la iglesia parte la calle Reloj, una de las vías más importantes del centro histórico. Aquí podréis ver la Torre del Reloj, del siglo XVI, antigua puerta de entrada a la ciudad abierta en la muralla medieval.
Torre del Reloj (de noche) |
Torre del Reloj (de día) |
Al otro lado de la Torre del Reloj llegaréis a la plaza del Ayuntamiento, o plaza Mayor. Este gran espacio peatonal está rodeado de edificios con fachadas de colores y soportales, y está presidido por la Casa Consistorial, del año 1692.
Al día siguiente volvimos a interactuar con el casco viejo de Ponferrada. No era nuestra intención, pero nos topamos de lleno con una multitudinaria procesión de Semana Santa.
La vimos pasar junto a la muralla del castillo, guardando silencio, como manda la tradición, sobrecogidos ante semejante acto de fe. Y es que en Castilla y León, la Semana Santa se vive con mucho fervor.
Habíamos visto una parte del castillo, la correspondiente al exterior de la muralla y al foso. Y había llegado el momento de visitar el interior de esta fortaleza medieval construida en el siglo XIII.
El castillo de Ponferrada fue inicialmente un pequeño poblado con una cerca hecha con cantos y barro (siglo XII), reforzada en época de los Templarios con un muro de cal y canto (siglo XIII).
Torre del Rastrillo. Castillo Nuevo |
Torre del Rastrillo. Castillo Nuevo |
Tras ser confiscado a la Orden del Temple en 1343, su nuevo señor, Pedro Fernández de Castro, levantó un castillo en un extremo (Castillo Viejo).
La fortaleza vieja se construye con un elevado muro que aísla una zona dentro de la cerca urbana. Este espacio es ahora protegido por una torre circular, denominada Cubo Viejo o del Duque y otra cuadrangular llamada del Homenaje donde se incrusta el escudo de Pedro Fernández.
Por la parte posterior se cierra el recinto con amplios muros custodiados por robustas torres como la del Cubo Nuevo. La muralla de la Ronda del Sil, empero, no precisó de tanta defensa, dada su altura sobre el río.
Son un añadido posterior el foso y la barbacana, que protegía la puerta de acceso al recinto, a la que se accedía por un puente levadizo del que todavía se conservan los apoyos adosados a la muralla.
Torre Malpica. Castillo Viejo |
Foso y Ronda Alta del castillo |
Muy cerca del castillo almorzamos en Casa Las Bombas, un restaurante ambientado en época medieval, poniendo la guinda a una estupenda estancia de tres días en Ponferrada.
Ponferrada tiene una estrecha relación con los templarios desde que en 1178 Fernando II de León permitiese a esta orden militar cristiana establecer una encomienda en ella. Para escenificar de alguna manera esta relación, cerca de la estación ferroviaria, en la rotonda que une las avenidas de Portugal y España, se alza el monumento al Caballero Templario, realizado en broce por Óscar Alvariño en 1998.