Empleamos una hora en llegar a Siurana desde El Lloar por el costado sur de la sierra del Montsant. A partir de La Vilella Baixa, pueblo pintoresco de calles empinadas y de casas altísimas que divisamos desde el puente, accedimos al entorno del Parque Natural Serra del Montsant, con montañas características que alternan partes arcillosas y de gres con fabulosas formaciones geomorfológicas que dan lugar a precipicios, estrechos y barrancos.
Pasamos por Escaladei, pueblo que aloja una cartuja fundada en el siglo XII, cuyas ruinas no vimos por falta de tiempo, y también por La Morera de Montsant, pueblecito ubicado bajo la muralla de piedra de la sierra de Montsant (los sabios locales aseguran que su origen es musulmán, desconocen la raíz euskérica mor).
El acceso a Siurana no tiene desperdicio. A partir de Cornudella de Montsant se toma una retorcida carretera que se adentra en las montañas de Prades. Al final de la carretera apareció el aparcamiento de pago de Siurana.
Construido durante la época de dominación árabe, el castillo de Siurana es una de las principales atracciones del pueblo. Levantado en el siglo IX, fue la última fortaleza árabe en caer en Cataluña durante la reconquista.
Aunque actualmente está en ruinas, la fortaleza ofrece unas vistas impresionantes sobre el embalse de Siurana y las montañas circundantes.
Por detrás del Castillo, sobre el valle y el embalse de Siurana, podréis ver algunos de los acantilados que hacen de la zona un centro de escalada de fama internacional, con más de mil vías repartidas por los alrededores del municipio.
Gracias a su ubicación en un acantilado de más de 700 metros de altura, Siurana cuenta con varios miradores naturales que ofrecen vistas espectaculares del pantano de Siurana, del barranco de Estopinyà y de las montañas de Prades.
El Mirador de Siurana es un excelente punto desde el cual disfrutar del agreste paisaje que brindan los escarpes del barrano de Estopinyà, especialmente al atardecer, cuando el entorno se tiñe de colores cálidos.
La empedrada calle Mayor vertebra las pocas casas con que cuenta el pueblo. Pasear por ella es como viajar en el tiempo.
Los estrechos callejones del centro histórico, las casas de piedra y los restos de su muralla medieval crean un ambiente encantador, ideal para relajarse y tomar buenas fotos.
La iglesia de Santa María, construida en el siglo XII, es otro de los lugares emblemáticos del pueblo. Destaca por su sobria arquitectura de piedra y su fachada con un magnífico portal románico decorado con tallas.
Por el módico precio de un euro vimos el interior de la iglesia, simple pero encantador, que representa la austeridad del románico catalán y la arquitectura medieval que caracterizó a esta zona.
En el exterior del templo debéis prestar atención a la tumba de la Reina Mora, que en tiempos de la reconquista prefirió lanzarse al barranco del río Siurana antes que ser apresada.
Junto a la iglesia se localiza uno de los miradores más populares de Siurana, el Mirador del Salto de la Reina Mora, desde donde se puede contemplar una panorámica increíble del río y el embalse.
La casa rural Cal Llorencet se encuentra en la calle Nou, muy cerca del centro de El Lloar. Es ideal para familias numerosoas y grupos, pues puede alojar perfectamente a 16 personas.
Lo primero que llama la atención de la casa es la gran piscina y la barbacoa. Eso sí, si os hospedáis a partir de septiembre, encontraréis el agua un pelín fría.
La casa destaca por su amplitud y limpieza. El comedor tiene una mesa muy larga y un ventanal que se asoma a la piscina. Me gustó mucho la tranquilidad y el paisaje verde que lo rodea.