El puente del Martinete une las provincias de Guadalajara y Cuenca a la altura de Peralejos de las Truchas. Desde ambas barandillas del puente disfrutaréis de unas vistas maravillosas del cañón del Tajo y de los farallones rocosos que lo custodian. Si os fijáis en el roquedo ubicado en el lado de Guadalajara comprenderéis de inmediato el origen del topónimo de este famoso puente.
TOPÓNIMO DE MARTINETEUnos 40 kilómetros separan el puente del Martinete de Tragacete por la CM-2106. En línea recta son menos, pero las dichosas curvas que traza la carretera para abandonar el cañón del Tajo hacen que la distancia parezca más larga, yo diría que se eterniza. Una vez se alcanza la parte alta de la sierra, la carretera es más buena, sin tantas curvas.
En la ruta pasamos por Vega del Codorno, donde se localiza el nacimiento del río Cuervo y sus restaurantes, y a diez kilómetros de distancia alcanzamos Tragacete, la primera población en recibir las aguas del joven Júcar.
Tragacete es cuna de nacimiento de ríos, arroyos, manantiales... Esta abundancia de agua se ve reflejada en las muchas fuentes que se reparten por las distintas plazas de la villa.
Frente a la plaza de Vallejo se alza el frontón municipal, un lugar frecuentado por los amantes de la raqueta. El acceso, como ocurre en los frontones descubiertos de los pueblos de Castilla, es gratuito.
El centro de la villa está reservado a la plaza de la Constitución, caracterizada por sus casitas de fachadas multicolor y por acoger una reliquia del pasado: un cabina completa de teléfonos.
Si queréis realizar alguna excursión por la zona, como fue nuestro caso, os aconsejo que entréis en la oficina de turismo, sita en el Ayuntamiento, donde podréis informaros y conseguir mapas de la zona.
Una de las fuentes más bonitas de Tragacete está en la plaza del Pino, frente al hostal restaurante El Gamo, que constituye todo emblema en la villa.
Un rasgo que sorprende de Tragacete son su plazas y calles ajardinadas, jalonadas por viejas casonas centenarias. Es un buen ejemplo de arquitectura popular serrana.
La iglesia de San Miguel es un fiel ejemplo de la arquitectura popular serrana que atesora Tragacete. Cuenta con sólo una nave y mampostería y sillares en las esquinas.
La iglesia tiene dos portadas adinteladas y se caracteriza por tener empotrado en el piecero una espadaña de tres cuerpos retranqueados.