Diez kilómetros por la CM-2106 separan Tragacete de Vega del Codorno, el municipio que acoge el Monumento Natural del Nacimiento del Río Cuervo. Este corto tramo de carretera separa el valle del Júcar del valle del Cuervo, o lo que es lo mismo, la cuenca mediterránea de la atlántica.
Vega del Codorno se divide en muchos barrios, casi todos esparcidos por la vega del Cuervo, y en el primero de ellos, conocido como El Perchel, se encuentra la zona de restaurantes próxima al nacimiento del río Cuervo.
Uno de los restaurantes que estaba abierto ese verano era La Tejera. El menú de doce euros estuvo correcto, incluía platos tan deliciosos como la caldereta de ciervo, el pisto con huevo o la carrillada de cerdo.
El aparcamiento de los restaurantes se puede utilizar para dejar los vehículos, no hace falta llevarlos hasta la cercana Área Recreativa, lugar donde comienzan los senderos por la reserva natural.
Al inicio del Área Recreativa veréis la Caseta de Información del Monumento Natural Nacimiento del Río Cuervo. Diversos carteles interpretativos os ayudarán a orientaros y alcanzar aquellos lugares que os propongaís.
El Área Recreativa dispone de mesas y bancos de madera, y también de piedra, colocados a la sombra de altos árboles, que son ideales para aquellos que tiran de fiambrera o quieren descansar tras acometer alguna senda.
El sendero del Pinar comienza en el Área Recreativa. Tiene 11 kilómetros de longitud, pero nosotros sólo cubriremos los primeros 350 metros, hasta la cascada del Cuervo.
El sendero no reviste ninguna dificultad, pues apenas tiene pendiente. Este tramo, hasta la cascada del Cuervo, está acondicionado con pasarelas de madera, que facilitan el acceso a las sillas de ruedas y a los carritos de bebé.
La abundancia de agua condiciona el tipo de fauna existente, con una amplia representación de insectos, anfibios y vertebrados, sobre todo aves y pequeños mamíferos.
Al final de la pasarela de madera alcanzaremos la cascada del Cuervo, un alto escarpe de origen tobáceo por donde el agua se precipita formando bonitas cortinas.
Una característica importante de la zona es el paisaje kárstico, que da lugar a cuevas, simas, hoces, torcas y nacimientos espectaculares como el del río Cuervo, que cada año atrae a miles de turistas.
A partir de la cascada comienza la senda del Nacimiento del Cuervo. El primer tramo es el más duro, pues asciende de forma abrupta hasta alcanzar la parte superior de la cascada.
En la parte alta la senda se une al río Cuervo, que en esta zona forma pequeñas balsas de agua. Merece la pena detenerse aquí unos minutos, entre la espesura del bosque. La temperatura suave nos hace olvidar el bochorno estival.
Más arriba de las balsas saldréis a una pradera donde el bosque se abre. Al fondo veréis las paredes rocosas del cerro de San Felipe, de 1.840 metros de altitud, en cuya base se localiza el nacimiento del Cuervo.
Al final de la pradera tenéis varios carteles interpretativos que anuncian el nacimiento del Cuervo y el Área Recreativa, y que forman parte de la ruta circular que deberéis tomar para regresar al aparcamiento.
Avanzaremos en ligero ascenso, por unas pasarelas de madera provistas de barandilla, con el río Cuervo a nuestra derecha, sumidos en el frescor que nos brinda la espesa vegetación de ribera.
Pasarelas de madera |
Pasarelas de madera |
Seguiremos las indicaciones y, tras cubrir el último tramo de la senda, alcanzaremos el nacimiento del Cuervo, un anfiteatro rocoso situado a 1.490 metros de altitud, con un caudal de agua permanente.
La salida natural de las aguas del río Cuervo se produce en la umbría de una pared rocosa. La acción del agua sobre la piedra caliza forma una visera de roca de la que cuelga una tupida vegetación de musgo y plantas acuáticas.
Esta ruta circular, que conduce al Área Recreativa por una nueva senda, penetra en la espesura del bosque, y unos metros más abajo enlaza nuevamente con el río Cuervo. Si vais en verano y el calor aprieta, podréis daros un baño en alguna poza.
En esta parte de la reserva crece una vegetación de arbustos formada por tilos, sauces, avellanos, arces, tejos, acebos y densas matas de boj.
Pero si queréis agua en cantidad, podéis desplazaros en coche hasta las inmediaciones del cámping La Serradora, en Peralejos de las Truchas. El río Tajo os refrescará a lo grande.