El río Urola divide los núcleos de Zumárraga y Urretxu o Villanueva de Urrechua. Urretxu queda en la margen izquierda del río, y hacia allí nos dirigimos una vez partimos de Azkoitia por la GI-631.
La calle mayor de Urretxu nos condujo a la plaza de Iparraguirre, un cuadrilátero que aglutina los principales atractivos turísticos de la ciudad: iglesia de San Martín de Tours, el monumento a José María Iparraguirre y el Palacio de Ipeñarrieta-Corral, del siglo XVII, que acoge el Ayuntamiento.
De los edificios que rodean la plaza Iparraguirre cabe reseñar la iglesia de San Martín de Tours, de los siglos XVI-XIX, con un artesonado de madera que cubre todo el techo, muy elaborado.
La iglesia destaca por su impresionante arquitectura gótica, su retablo barroco y sus hermosas vidrieras. En la plaza, cerca de la iglesia, se alza el monumento a José María Iparraguirre (compuso el Árbol de Guernica).
En Zumárraga se encuentra una de la ermitas vascas más destacadas, la de Santa María de la Antigua, iglesia gótica en la que sobresale el entramado de madera que sostiene la cubierta.
No fue fácil dar con la carretera que asciende hasta la ermita de La Antigua. Desde Urretxu seguimos las indicaciones del GPS y fuimos a parar a las afueras de Zumárraga, la villa natal de Miguel López de Legazpi, conquistador de Filipinas. Si tenéis tiempo podéis ver la estatua dedicada al navegante.
Tras completar los dos kilómetros de subida que separan Zumárraga de La Antigua, alcanzamos el aparcamiento de la ermita, que nos brindó fascinantes vistas del entorno.
El lugar era maravilloso, rodeado de montañas y con el valle del Urola a nuestros pies. No me extraña que erigieran allí el santuario románico de Santa María, más conocido como La Antigua, un pequeño templo construido en madera, allá por el año 1366, que me impresionó por su sencillez y su extrema belleza.
La ermita de Santa María se conoce como La Antigua por dos motivos: porque es muy antigua y porque al construirse la nueva parroquia pasó a convertirse en la vieja parroquia. Los primeros documentos que mencionan esta iglesia son del año 1366.
La ermita de Santa María es un ejemplo claro del románico vasco, con elementos arquitectónicos de transición al gótico. Es un edificio muy cerrado y con poca ornamentación. Exteriormente destaca la portada románica y los ventanales abocinados.
La mezcla de piedra y madera es lo más destacable de este edificio, que está compuesto por una sola nave, dividida en tres partes por seis gruesos pilares. La cubierta es a dos aguas.
En el interior de la ermita se pueden ver cinco imágenes: la de Santa María, la del Cristo crucificado, la de la Piedad, la de Santa María de Zubiaurre y la de Santa Ana.
El coro las tribunas y la cubierta están compuestas de madera. En la cubierta de madera, en concreto en las cabezas de las zapatas (ménsulas y vigas), se ven tallas de ruedas que representan al sol y al fuego.
Las zapatas terminan con curiosos relieves como cabezas y bustos de mujer. También podemos ver algunas otras imágenes o dibujos.
Por cierto, en el entremado de vigas de madera que se ve desde la nave, bajo la tribuna, se esconde la figura de un pequeño dragón. ¿Sabríais verlo?