Cuatro kilómetros separan Zarauz de Guetaria. Se pueden cubrir a pie por una acera que bordea la costa o por carretera, en cinco minutos, como fue nuestro caso. Desde la carretera tendréis la mejor panorámica del monte San Antón (el Ratón de Guetaria), la montaña que caracteriza a la villa, origen del topónimo de Guetaria.
Si entráis en Guetaria por el este, lo primero que os llamará la atención, monte de San Antón aparte, es la larga playa de Malkorbe, en este caso, con sus aguas calmas, que parecían una balsa.
El casco urbano de Guetaria hace equilibrios sobre una estrecha franja de tierra que se adentra en el mar y que remata el monte de San Antón. El aparcamiento está muy restringido, por eso decidimos estacionar el vehículo junto al puerto deportivo.
Conocido popularmente como "el Ratón de Guetaria" por su forma, el monte de San Antón ofrece rutas de senderismo con vistas espectaculares de Guetaria y el mar Cantábrico.
La habíamos visto desde el puerto, destacando por encima de las casas. La iglesia de San Salvador, gótica del siglo XIV, es uno de los edificios más emblemáticos de Guetaria.
El interior de la iglesia de San Salvador alberga un impresionante retablo y su ubicación ofrece hermosas vistas al puerto. Anexo a la iglesia, además, podréis contemplar el Palacio de los Zarauz, comenzado a construir en el siglo XIV.
![]() Iglesia y Palacio de los Zarauz |
![]() Iglesia de San Salvador |
Junto a la iglesia y al Palacio de los Zarauz podréis ver un pequeño yacimiento arqueológico, con restos de construcciones de época romana (siglos II-IV), restos posteriores al Imperio Romano (siglos V-XIII) y los cimientos de una torre del siglo XVII.
Unas escaleras nos condujeron a la plaza de Elcano, dedicada a uno de los hijos más ilustres de Guetaria, Juan Sebastián Elcano, el primer navegante que dio la vuelta al mundo.
La plaza está presidida por la estatua de Juan Sebastián Elcano, que aparece con el brazo tendido. De fondo podréis ver casas de estilo vasco, que destacan igual o más que la propia estatua.
Pasear por las estrechas y empedradas calles del casco antiguo, que conservan su encanto medieval, fue una delicia. Cuando nos dimos cuenta ya estábamos inmersos en la calle Mayor (Nagusi), peatonal y sembrada de tabernas y restaurantes.
Sabíamos que en el puerto había restaurantes que ofrecían pescado y marisco fresco, cocinado al estilo tradicional vasco; eso sí, a precios caros. Por eso decidimos quedarnos en la calle Mayor (Nagusi). Elegimos la taberna Kasu, un restaurante que exhibía buenos pinchos: tradicionales, elaborados, sofisticados...
Al comienzo de la calle Mayor vimos la segunda escultura dedicada a Juan Sebastián Elcano, realizada en 1888 por el madrileño Ricardo Bellver y Ramón.
Dejamos para el final una de las construcciones más importantes de Guetaria: el Monumento a Elcano, construido para homenajear al insigne navegante vasco.
El monumento, que se encuentra junto a la carretera N-634, se asemeja al mascarón de proa de un barco, un claro guiño al marinero de Guetaria. La entrada es gratuita y desde el mirador tendréis la mejor vista panorámica de Guetaria y el monte de San Antón.