Tavertet |
La ruta comienza en Manlleu, población situada al norte de Vic que pone fin al trayecto por la autovía C-17. Al comienzo de la nueva vía, en un area de servicio, hicimos un alto para adquirir un litro de leche fresca en un dispensador automático. Costumbres de la zona.
La carretera C-15 asciende de forma gradual por una zona boscosa al norte del Ter. El río queda abajo, serpenteando por el fondo del valle. Un desvío a la derecha conduce, en quince minutos, a Tavertet, bonito pueblo empedrado ubicado en lo alto de una montaña que se alza 400 metros por encima del valle de Sau.
Unos metros antes de acceder al centro histórico de Tavertet, en una curva de la carretera, se accede a un bonito mirador. El lugar ofrece las primeras vistas del entorno, antesala de lo que nos espera en la villa.
Mirador de la carretera |
Mirador de la carretera |
Tavertet es un pueblo de postal, con casas de piedra, calles también empedradas y sorprendentes miradores hacia el abismo. Nosotros tuvimos la oportunidad de entrar en una Casa-Museo para contemplar cómo era el modo de vida de los lugareños años atrás.
Centro de Tavertet |
Casa-Museo de Tavertet |
Era sábado, el día que más turistas acoge el pueblo. Los restaurantes no se multiplican con la llegada de comensales, por eso os recomiendo que seáis de los primeros en ocupar una mesa en alguno de ellos. Si puede ser antes de la una, mejor. Y por supuesto, os recomiendo que elijáis los exquisitos platos tradicionales de la zona.
A las afueras de Tavertet realizamos una corta excursión por las crestas de la montaña, hasta llegar al mirador de Tavertet.
Desde el mirador de Tavertet experimentamos en primera persona los 400 metros de caída vertical que teníamos frente a nosotros. Al fondo del profundo tajo contemplamos, a vista de pájaro, unas impresionantes vistas del río Ter y el pantano de Sau.
Mirador de Tavertet: pantano de Sau |
Mirador de Tavertet |
Por la tarde, después de asomarnos al vertiginoso mirador de Tavertet, nos pusimos a rodar y avanzamos hacia el este por la C-15, hasta alcanzar Rupit, uno de los pueblos con más encanto de Cataluña.
Estacionamos los vehículos en un aparcamiento ubicado en las afueras, en la parte baja del pueblo, y accedimos a pie al núcleo antiguo por un estrecho puente colgante que salvaba las cristalinas aguas de la riera de Rupit.
Puente colgante de Rupit |
Puente colgante de Rupit |
El viejo Rupit os enamorará: casas de piedra con balcones de madera, zona peatonal libre de coches, restaurantes, en fin, es el pueblo ideal para gozar de unas horas de paz en plena naturaleza, pues el pueblo se localiza entre las montañas de Collsacabra y las Guilleries.
Centro de Rupit |
Centro de Rupit |
De regreso a Manlleu, a la altura de Cantonigrós, tomamos un desvío a la derecha que nos condujo, con más pena que gloria por una angosta pista de tierra de más de seis kilómetros, hasta el santuario de la Mare de Déu de Cabrera (del siglo XVII), ubicado en lo alto de un risco en pleno corazón de la sierra de Collsacabra.
Ascenso al santuario |
Santuario de Cabrera |
Fue una pena que se nos echara encima la noche. Es lo que tiene viajar en febrero. El santuario es la excusa para asomarse a un mirador de infarto, pues al otro lado del edificio hay una caída libre digna de los amantes del ala delta. Pero no vimos nada, nos contentamos con echarle un vistazo al interior del templo.