La Playa del Mal Nombre tiene un acceso complicado a partir de la autovía FV-2, que conecta las principales localidades turísticas de la península de Jandía, en la zona sur de Fuerteventura.
Cuando dejéis la autovía por la salida de Mal Nombre debéis sortear calles de una urbanización a medio construir, pertenciente a un proyecto urbanístico que ha quedado abandonado (menos mal que no han construido nada).
Una vez deis con el aparcamiento, tendréis una panorámica de la playa, con el chiringuito Tierra Dorada en primer término. Un corto trayecto a pie por una rampa pedregosa y unas escaleras os conducirán a la playita.
En los días de viento, como fue el caso, existen unos parapetos de piedra que son ideales para guarecerse. Si llegáis pronto a la playa podréis meteros en uno de ellos.
La playa es de gran longitud y se caracteriza por su fina arena dorada y sus aguas cristalinas de color turquesa. Es un lugar perfecto para disfrutar del sol y el mar, ya sea tomando el sol, nadando o simplemente paseando por la costa.
Aunque se encuentra en la zona turística de Jandía, la Playa del Mal Nombre es relativamente tranquila en comparación con otras playas más populares como Sotavento o Morro Jable. Esto la convierte en una opción excelente para quienes buscan evitar grandes multitudes y disfrutar de la paz del entorno natural.
La laguna que se forma entre la barra de arena y la playa es muy segura. Apenas cubre, lo que la convierte en la piscina ideal para que jueguen los niños.
Las aguas suelen ser tranquilas, además de limpias y cristalinas. Podréis nadar sin dificultad y si os acercáis a las rocas podréis practicar esnórquel. La claridad del agua es perfecta para observar la fauna marina local.
Si llegáis por la mañana a la playa, la marea baja os permitirá superar la lagunita y alcanzar sin problemas la barra de arena que se forma a unos cien metros de distancia.
La barra de arena discurre en paralelo a la costa y es tan larga (3 kilómetros) que llega hasta la cercana playa de Sotavento. Es ideal para caminar, con el agua por debajo de los tobillos.
La playa del Mal Nombre está rodeada de dunas y formaciones rocosas, ofreciendo un paisaje pintoresco. El continuo azote del aire origina que las dunas cambien de forma constantemente.
Si el viento os lo permite y conseguís no tragar arena, o que esta se os meta en los ojos, podréis escalar alguna de estas montañas. Ese día, casi acabo sepultado en la arena.
El objetivo de esa mañana, en la península de Jandía, era acercarnos a la Playa de Sotavento, una de las más famosillas de Fuerteventura. Pero desde la autovía FV-2 no vimos ningún acceso —sólo se puede acceder a ella si vais de Morro Jable a Puerto del Rosario—.
Tomamos la salida de Playa del Salmo, y casualmente fuimos a parar al Mirador del Salmo, que nos brindó una vista panorámica de la Playa de Sotavento. Otra vez será.