Playa Pita |
La carretera comarcal SO-910 atraviesa la sierra de Cabrejas. Une la N-122 (Soria-Valladolid) con la N-234 (Soria-Burgos), o lo que es lo mismo, une Calatañazor con Abejar, población ubicada al sureste de la Reserva Natural de Urbión, conocida como la Puerta de los Pinares.
Poco antes de alcanzar Abejar, existe un mirador que ofrece una maravillosa panorámica de la sierra de Urbión y del pantano de La Cuerda del Pozo. Se trata del Mirador de Abejar, la atalaya perfecta para contemplar los pinares y las azuladas aguas del embalse.
Completamos el descenso hasta Abejar por la carretera comarcal SO-910. En este punto tomamos la CL-117 en dirección norte (sentido Vinuesa). Minutos más tarde enlazamos con el desvío que conduce a la Playa Pita, conocida popularmente como "la playa de Soria".
La Playa Pita es un área recreativa del pantano de La Cuerda del Pozo que cuenta con restaurante, merenderos y una extensa y atractiva playa de fina arena, salpicada de altos pinos que dan buena sombra.
La temperatura rondaba los 24 grados, no es que hiciera excesivo calor, pero tras una larga y pesada travesía en coche, disfrutamos de un baño en las dulces aguas del embalse, el primero en retener las aguas del río Duero.
Continuamos hacia el norte por la CL-117, carretera que salva un ramal del pantano por un largo puente a la altura del río Ebrillos. Y en breves minutos alcanzamos Molinos de Duero, la siguiente parada en la ruta.
En 1753, Molinos tenía una cabaña de 2.617 bueyes que tiraban de 872 carretas. El legado de todo aquello se traduce en una villa repleta de casas de buena sillería con entrada en arco, amplios aleros saledizos, balcones corridos de madera, amplios patios y chimeneas pinariegas.
Molinos posee varias casas con escudo, como la Real Posada de la Mesta, joya arquitectónica reproducida en el Pueblo Español de Barcelona como modelo de la construcción tradicional soriana. La villa también destaca por su Ayuntamiento y por su iglesia parroquial de San Martín de Tours, de planta de cruz griega.
Aguas arriba nos detuvimos en Salduero, pequeño y acogedor pueblo de calles empedradas y casas de cantería trabajada. Su plaza Mayor ofrece un bello conjunto con el puente que cruza el Duero de fondo; y la iglesia de San Juan Bautista alberga una capilla mayor gótica.
Si el tiempo acompaña, os aconsejo que os relajéis en la piscina natural del Duero, equipada con merendero y área recreativa.
A unos nueve kilómetros de Salduero, río Duero arriba por la CL-117, se encuentra Covaleda, el último pueblo que visitaremos de la ruta. Antes de entrar en la villa, a mano izquierda, recomiendo que estacionéis el vehículo en el área deportivo-recreativa de Covaleda, un lugar ideal para el descanso y disfrute de grandes y pequeños.
El área recreativa cuenta con un cámping, barbacoas, pistas de fútbol y baloncesto y una gran explanada tapizada de verde donde poder echar relajantes siestas a la sombra de vigorosos árboles.
Junto al cámping y al refugio de Pescadores se encuentra el Puente de Soria (siglo XVII), uno de los más interesantes de toda la provincia, que salva las aguas del Duero en un único arco.