Visto el centro de Palma, esa misma tarde realizamos una visita al castillo de Bellver, encaramado en una colina que domina la ciudad y su amplia bahía.
El castillo de Bellver fue construido entre los años 1300 y 1311, por encargo del rey Jaume II, para convertirse en un palacio-fortaleza que funcionaría como residencia real e inquebrantable refugio.
El Castillo y sus cuatro torres situadas en los cuatro puntos cardinales tienen una planta completamente circular, lo que lo hace único en España. Las torres aseguraban la defensa del tronco central.
A partir de 1717 el castillo se convirtió en prisión militar, acogiendo numerosos soldados enemigos, además de republicanos y revolucionarios. A partir de 1821 comenzó a utilizarse también como improvisada fábrica de moneda.
La Torre del Homenaje se encuentra separada del cuerpo principal del Castillo y conectada a él por un puente levadizo. Desde su terraza se puede disfrutar de una vista de 360° que abarca la bahía de Palma, la ciudad y la cercana sierra de Tramuntana.
Torre del Homenaje |
Torre del Homenaje |
El Castillo está rodeado por un profundo foso, lo que refuerza su carácter defensivo. Para apreciarlo bien se recomienda recorrer su perímetro por el exterior.
Foso del Castillo |
Foso del Castillo |
El interior del Castillo acoge el Museo de Historia de la Ciudad de Palma, que exhibe artefactos históricos, mapas y objetos que narran la evolución de Palma desde la época romana hasta la actualidad. Queda pendiente para una próxima visita.
Una semana en Mallorca en plan relax era lo que me había propuesto acometer antes de que el barco zarpara de Barcelona, y en parte lo conseguí. Nos alojamos en el centro de la isla, en Algaida, pequeña población que ha sabido mantener su ancestral estilo de vida, al margen del turismo de masas.
La casa rural, Casa Borrassos, se encontraba aquí, rodeada de almendros, aislada de poblaciones, de carreteras, de aeropuertos y de guiris bulliciosos. Fue el lugar ideal para disfrutar de una maravillosa semana en Mallorca.
La casa nos proporcionó a los integrantes de este viaje el descanso que necesitábamos y, debido a su genial sitiuación, nos brindó la oportunidad de conocer bellos rincones de la isla.
Esta ruta transcurre por la Bahía de Palma, que junto a la de Alcudia, le confieren a Mallorca su peculiar fisonomía. Desde el castillo de Bellver tendremos una buena vista panorámica de ella.