San Juan de la Peña |
Esta ruta transcurre por la comarca pirenaica de la Jacetania. Partimos de Jaca, su capital, y acompañamos al río Aragón hasta el cruce con la carretera local que conduce a San Juan de la Peña. Una vez superada la villa de Santa Cruz de La Serós conviene detenerse en el mirador del mismo nombre.
El mirador de Santa Cruz de La Serós no os dejará indiferentes. Es una magnífica atalaya desde la que poder admirar la grandiosidad del Pirineo aragonés, que a comienzos de la primavera mostraba todas sus cumbres con un buen manto blanco.
Si se visita San Juan de la Peña en Semana Santa, como nos ocurrió a nosotros, probablemente tendréis que hacer bastante cola, pero su suntuoso interior, provisto de claustro, un panteón y dos iglesias (la inferior, subterránea, es la primitiva), bien merece la pena.
San Juan de la Peña es un viejo monasterio ocultado por el bosque y la oquedad de la peña de la sierra de San Juan. Se construyó en el año 1071 al sur de la Jacetania, y constituye un privilegiado mirador de los Pirineos.
El claustro facilita la entrada a la iglesia mayor. Es de un románico excepcional por carecer de techumbre, y sus ennegrecidas galerías, cubiertas por grandes masas de roca, tienen un sello de originalidad que le hacen ser único.
Este claustro pinatense pertenece al primer tercio del siglo XII y su decoración es la característica de los románicos benedictinos que denotan una primorosa obra escultórica en sus capiteles. En ellos hay motivos tomados de la Biblia.
La iglesia Primitiva está distribuid en dos naves y capillas de cabecera (del Voto y San Victorián). Es un templo notable que permanece abovedado con cañones semicilíndricos. Los altares de piedra son románicos, así como las pinturas murales deficientemente conservadas.