Tomelloso fue la ciudad que elegimos para hospedarnos y conocer esta zona de La Mancha: Ruta del Quijote, lagunas de Ruidera, Tablas de Daimiel, etc. Y como en enero anochece tan pronto, siempre paseamos por el centro de noche.
Los monumentos más relevantes de Tomelloso se encuentran en torno a la plaza de España: el moderno Ayuntamiento, construido en 1901; el casino de San Fernando, la iglesia de la Asunción, construida a principios del siglo XVII...
En un lateral de la plaza de España veréis la Posada de los Portales, declarada Monumento Histórico Artístico, un edificio del siglo XVII que cumplió funciones de albergue de viajeros.
El castillo de Peñarroya se encuentra en el término municipal de Argamasilla de Alba. Se alza sobre una peña desde la que domina un acantilado, en un tramo del río Guadiana que da a la presa del embalse de Peñarroya.
La fortaleza se originó como fuerte musulmán, que pasaría en 1198 a manos cristianas, quedando en poder de la Orden de San Juan en 1215, aunque la conquistó con ayuda de la Orden de Santiago.
En el exterior del castillo veréis un camino de acceso medieval, el humilladero y el foso. Recientemente se han encontrado en el exterior una necrópolis de rito islámico y un campo de silos de cronología indeterminada.
El castillo es todo un ejemplo de arquitectura militar del siglo XII, completada por la Ermita-Santuario de la Virgen de Peñarroya, que fue capilla original del castillo, y cuenta con un interesante retablo churrigueresco.
Lo más interesante de Peñarroya es cómo aprovecha las defensas naturales, un acantilado natural en los lados sur y oeste (río Guadiana), mientras que en el lado norte y este se construyó un doble recinto amurallado, con foso seco.
El castillo destaca por la muralla medieval principal, por la torre del homenaje y por las vistas que brinda del embalse de Peñarroya, que por esas fechas, debido a recientes lluvias, estaba lleno.