Era viernes santo y al llegar al cruce que da acceso a la villa de Pedraza, varios carteles nos indicaban que debíamos aparcar en otro lugar. Estacionamos los vehículos en lo alto de un cerro, junto a la ermita de San Martín, y desde allí, antes de encaminarnos hacia el municipio, disfrutamos de la mejor vista panorámica del conjunto amurallado.
La subida a pie a Pedraza también nos brindó excelentes vistas de la cara norte de la sierra de Guadarrama. Estábamos a principios de abril y las crestas ya no exhibían ningún manto blanco. De hecho, hizo un calor impropio para esas fechas.
La Puerta de la Villa es el principal acceso a Pedraza, el único que tiene el municipio tanto para salir como para entrar, y es por tanto el lugar más transitado para personas y vehículos.
Su origen tiene lugar en el siglo VII, aunque más tarde, Iñigo Fernández mandó su reconstrucción colocando en la parte superior de la clave su escudo. La puerta posee dos portones de madera que en la actualidad se mantienen siempre abiertos, pero que en su época era el carcelero el que se encargaba de cerrarlos cuando oscurecía para que la villa quedase protegida.
La Cárcel de la Villa es un edificio medieval del siglo XIII ubicado en el único acceso a Pedraza (Puerta de la Villa). Su aspecto actual se debe a la reconstrucción llevada a cabo en el siglo XVI. La visita es libre y en su interior podréis ver cómo era una mazmorra y algunos utensilios empleados para inmovilizar a los presos.
Habíamos visto una buena perspectiva de la sierra de Guadarrama cuando llegamos a Pedraza, y desde la calle Florida, volvimos a deleitarnos con la belleza del paisaje que exhibe esta abrupta zona de Segovia.
Nuestra ruta por Pedraza continúa por la calle Florida. Llegaremos a la plaza de la Olma, presidida por la iglesia de San Juan Bautista. El templo destaca por su alto campanario y por algunos restos de su original estilo románico.
Situado en el extremo más septentrional de Pedraza se alza el Castillo, una fortaleza edificada en el siglo XIII y reedificada en el siglo XV. De ese siglo es la torre del Homenaje.
A lo largo de los siglos el castillo perteneció a diferentes familias: Herrera, Fernández de Velasco (duques de Frías), hasta que en 1926 fue adquirido por el pintor vasco Ignacio Zuloaga. Ignacio y su familia rehabilitaron algunas de las torres, y actualmente, una de ellas acoge el Museo Zuloaga, donde se exponen obras del pintor.
Al principio de la calle Mayor (según se viene desde el castillo), veréis las ruinas de la iglesia de Santa María, de estilo románico. Construida entre los siglos XI y XII, impresiona mucho cuando ves su campanario sesgado, sin la parte superior.
Pasearemos ahora por el centro de la empedrada calle Mayor, retrociendo así en el tiempo para transportarnos a la Edad Media (aunque ya se tiene constancia de la existencia de Pedraza en el siglo X).
La calle Mayor es una de las más transitadas de Pedraza, pues une el castillo con la plaza Mayor. El encanto de la calle radica en caminar pausadamente por ella, tomando un café en la terracita de algún bar, entrando en alguna tienda de regalos, u observando las puertas de algunas casas, con forma de arco de medio punto y adornadas con curiosos picaportes.
La plaza Mayor, castellana hasta la médula, es la quintaesencia de la villa. Tiene forma irregular, algo anárquica y bastante destartalada, pues se ha ido formando poco a poco a lo largo de los años.
Se trata de una de las plazas mayores más bonitas de España. El conjunto más llamativo son las casas porticadas, del siglo XVI, situadas frente a la iglesia de San Juan. Sus soportales se añadieron con posterioridad una vez que los señores feudales abandonaron el castillo.
La plaza alberga uno de los monumentos más importantes de la localidad, la iglesia de San Juan Bautista, la cual destaca por su torre. Se ha convertido en uno de los centros neurálgicos, por servir como lugar de reunión y de bares y restaurantes.
Otra de las vías más transitadas de Pedraza es la calle Real, que une la plaza Mayor con la Puerta de la Villa. Se trata de la espina dorsal del pueblo y concentra los edificios más notables, entre ellos la Casa Grande y la llamada Casa Pilatos, del siglo XVI.
Calle Real |
Casa Grande. Calle Real |
Junto a la plaza Mayor, y en el lado impar, podréis ver en las fachadas de las casas los escudos de los Pérex, de los Salcedo, de los Velasco y Ladrón de Guevara, familias que las ocuparon a comienzos del siglo XVIII.