El Alcázar o Castillo de Molina es un conjunto edificado sobre un castro íbero que los árabes acondicionaron y utilizaron hasta el siglo XII. La fortaleza cristiana se construyó entre los siglos XII y XIII.

El acceso a pie al Castillo desde el núcleo de Molina no es sencillo. Aconsejo que toméis la calle Enseñanza hasta la carretera N-211, vía que bordea la muralla sur. Allí veréis la Puerta del Reloj, presidida por una alta torre coronada por un campanario.


No existe un paso de cebra que comunique la calle Enseñanza con la Puerta del Reloj, el principal acceso a la fortaleza. El Ayuntamiento podría realizarlo con una pequeña partida del dinero que recauda con las estúpidas multas de aparcamiento que te ponen por dejar el vehículo en la medianera de la calle Manrique de Lara (algunos días de agosto es imposible aparcar en Molina).


Si decidís acceder al Castillo con vuestro vehículo, podéis aparcarlo de forma gratuita en un solar abierto junto a la Puerta de Hogalobos, del siglo XIII. En pocos metros alcanzaréis la Puerta del Reloj, también del siglo XIII.

Tras flanquear la Puerta del Reloj accederéis al primero de los dos recintos que tiene el Castillo. En este caso se trata del recinto exterior, el más grande, conocido como Albacar.

Aquí se encuentra la taquilla donde deberéis abonar la entrada, y frente a ella veréis los restos de la iglesia de Santa María del Collado, del siglo XIII. El templo es de planta basilical y estilo románico de transición al gótico.

Ascendiendo por la ladera pasaremos junto a la Cueva de la Mora, llamada así por estar asociada a una leyenda. Desde este punto tendréis una buena panorámica de Molina de Aragón.

El Albacar es de enormes proporciones y está defendido por numerosas torres cuadradas Una de ellas es la Torre de Arena, del siglo XII, en la que podemos observar sus paramentos de tapial característicos de la arquitectura musulmana.

Cerca de la Torre de Arena se encuentra la Puerta de la Traición, el principal acceso al Patio de Armas (el recinto interior del Castillo). Junto a la puerta se puede observar el foso seco excavado en la roca caliza.

Por medio de unas escaleras de piedra podréis auparos a la parte superior de la muralla. Tendréis la mejor perspectiva del castillo y de la Torre de Aragón.


Desde el paseo de ronda de la muralla se puede observar este gran conjunto medieval, construido en piedra de sillería, con arenisca roja en las esquinas de las torres.

El Patio de Armas está rodeado por seis altas torres, de las que se conservan cuatro en perfecto estado: Homenaje, Cubierta, Doña Blanca y Veladores.

Uno de los atractivos del Castillo consiste en subir a la azotea de alguna de las torres visitables: Veladores, Doña Blanaca y Homenaje. A los niños les encantará.

El ascenso a las torres se realiza por escaleras de piedra muy angostas y empinadas (tened cuidado con los resbalones) y por tramos de hierro trazados en caracol (más divertidos).

El empleado de la taquilla nos dijo que para ir a la Torre de Aragón debíamos regresar a la Puerta del Reloj y rodear el Castillo por el foso. Afortunadamente, la puerta de la Torre de la Zarza estaba abierta y pudimos escapar por ella.

Anduvimos por los restos de la coracha, hoy desaparecida, un camino cubierto que unía el Castillo con la Torre de Aragón. Y nos ahorramos un buen trecho.

En lo alto de un cerro que domina Molina y la vega del río Gallo, en el lugar que ocupó una estructura musulmana anterior, se alza la Torre de Aragón, edificio defensivo construido en el siglo XII bajo mandato de Manrique de Lara.

En la planta baja se localiza el Centro de Recepción de Visitantes, que cuenta con una pequeña tienda y paneles explicativos relacionados con la torre.

La edificación era única para su tiempo, tanto por sus características arquitectónicas como por su poder simbólico y funcional. Actualmente, en sus plantas intermedias se puede ver una exposición de objetos de cerámica.


El edificio original tenía cuatro plantas de altura (hoy reducidas a tres). De planta rectangular y fábrica de mampostería y sillarejo, servía como torre de vigilancia y defensa, permitiendo controlar los accesos al recinto.

Desde su parte alta se disfrutan vistas privilegiada del municipio de Molina y de la extensa comarca del Señorío de Molina.

El recinto exterior de la torre había diferentes construcciones complementarias: herrería, cuadras, cobertizos, cocina, horno de pan y un enorme aljibe donde se recogía y almacenaba el agua de la lluvia.

El Parque Natural del Alto Tajo se encuentra en el Sistema Ibérico, a caballo entre la parte suroriental de Guadalajara (36 municipios) y nororiental de Cuenca (dos municipios). El principal acceso es por Molina de Aragón, aunque también se puede acceder por Orea, a través de Orihuela del Tremedal (Teruel), y por Tragacete (Cuenca).
TOPÓNIMO DE TAJO
Hablar del Parque Natural del Alto Tajo es hablar de su diversidad. En este espacio natural tienen cabida una gran variedad de elementos geológicos, en un paisaje lleno de contrastes, en el que destacan hoces, cañones fluviales, simas, lagunas, monolitos y "ciudades encantadas" de roca; además de una gran diversidad florística y vegetal.

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