Santa María de Obarra |
No se puede acceder al monasterio de Obarra en coche. Deberéis estacionarlo en el aparcamiento ubicado junto a la carretera, muy cerca del desvío a Ballabriga. Aquí encotraréis carteles informativos y dispondréis de un pequeño merendero cubierto.
El camino que conduce al monasterio sale del aparcamiento; los primeros metros van paralelos a la carretera A-1605, de la que os separará el guardarraíl.
El camino se aparta de la carretera a partir de una cadena que cierra el paso a los coches. Ahora se desciende a la sombra de altos árboles, al encuentro del río Isábena.
Cuando lleguéis a la parte baja de la senda veréis el nuevo puente de Obarra, que salva las aguas del río Isábena, y que deberéis cruzar para llegar a la pradera que acoge el monasterio de Obarra.
En agosto de 1963 una riada destructiva, que dejó su huella en todo el valle de Isábena, se llevó el puente gótico de Obarra. Estaba emplazado un centenar de metros río arriba del actual, que lo imita. Aún quedan restos de sus cimientos visibles, sobre todo en la margen derecha.
Puente Nuevo |
Río Isábena desde el puente Nuevo |
El camino concluye en la margen izquierda el río Isábena, en la pequeña pradera que acoge este complejo eclesiástico levantado en el siglo XI. El primer edificio que veréis corresponde al antiguo molino harinero, que en la actualidad acoge una casa de colonias.
Maestros lombardos construyeron en el primer cuarto del siglo XI Santa María de Obarra, una de las más importantes obras del románico de la Ribagorza.
Santa María de Obarra es un magnífico templo de tres ábsides y naves, con bóvedas de arista, y en el que quedó sin costruir su torre campanario.
En cada ábside la solución de los vanos es distinta. A ellos se suman las ventanas abiertas en el muro sur y en el lateral sobresaliente de la nave central.
Ábsides del monasterio |
Detalle del ábside |
En el muro sur, una puerta con el escudo de armas de los Mur se abrió en el siglo XVI junto a la sencilla portada románica que da acceso al templo.
Portada románica |
Puerta de los Mur |
La portada románica está decorada por dos capiteles de motivos vegetales y geométricos. En el muro norte también veréis una puerta románica y otra del siglo XVI.
En los aledaños del monasterio se encuentran los restos del Claustro y del palacio abacial. Y cerca de la fachada norte, además, podréis ver el cementerio.
El monasterio de Obarra no está solo. En mitad de la pradera, cerca del pinar que se repobló en la ladera contigua a la basílica (antiguo campo de cultivo), se levanta la pequeña ermita de San Pablo, del siglo XII.
Se trata de un templo románico de bella factura, que pudo ser usado como capilla de peregrinos. Está lleno de pequeños detalles constructivos, como sus diferentes vanos, la piedra toba utilizada en la clave de la bóveda de cañón, o el crismón sobre la portada, colocado invertido.
En el siglo XVI, la ermita tenía adosado un edificio que se usó como residencia del beneficio de San Miguel. En 1772 albergó un telar y en 1978 se habilitó nuevamente para el culto.
La pradera de Obarra, bajo el alto roquedo que cierra el valle de forma natural, es un lugar ideal para almorzar siempre que el tiempo acompañe y se lleven las viandas. En nuestro caso, preferimos almorzar en el restaurante La Cuadreta, ubicado carretera abajo, muy cerca del aparcamiento de Obarra. Y la experiencia fue fabulosa, la resumo en buenas carnes, buen postre y buen trato.