Mirador Roca de la Sabina |
Para llegar a este sobrecogedor mirador hay que remontar el valle del río Arinsal por la CG-5. La carretera pasa por el centro de Arinsal, pueblo que ha perdido su encanto con la construcción desaforada de apartamentos. Y justo antes de abordar el túnel que conduce al Parque Natural de Comapedrosa, se gira a la izquierda por la carretera CS-520, en dirección a las pistas de Arinsal.
Desde el mirador tendréis una hermosa panorámica del valle de Arinsal, del Parque Natural Comapedrosa y del majestuoso pico Casamanya, establecido en el centro neurálgico de Andorra. Para los amantes de la comida recién hecha al fuego, os informo que el mirador está equipado con unas prácticas barbacoas.
Unos metros por encima del mirador Roca de la Sabina, a 1920 metros de altitud, se encuentra el mega aparcamiento de la estación de esquí de Arinsal. La ventaja de ir a mediados de octubre se hizo evidente, pues apenas había vehículos estacionados.
Junto al aparcamiento están los remontes que llevan a las pistas y al pueblo de Arinsal, por supuesto cerrados a cal y canto. La nieve caída unos días atrás nos animó a realizar una corta pateada por la pista central, que estaba parcialmente cubierta de nieve.
Y casi sin darnos cuenta, bajo un sol impropio para esta época del año, nos alejamos unos 500 metros de la zona de servicios (Resort). Conforme ascendíamos, las vistas de las montañas cercanas nos dejaron boquiabiertos, sobre todo la imponente figura del Casamanya (2.740 m).
En algunas zonas la nieve nos impedía caminar; por eso, cuando llegamos a la altura del restaurante Obelix Arinsal, decidimos tirar la toalla y dar media vuelta.
Iniciamos el descenso al Resort de Arinsal por el carril de servicio de la pista de esquí, que estaba prácticamente libre de nieve.
En el tramo superior del descenso, el carril seguía parcialmente el cauce del río Comallempla, de aguas frías y cristalinas.