Sant Martí de Fenollar |
Partimos de Ceret por la carretera D618, en dirección a Morellàs i les Illes. Esta ruta discurre por los llamados campos ceretanos, donde aparte de masías, podréis disfrutar con la visión de grandes plantaciones de cerezos. Algunos piensan que el topónimo de Ceret viene de la cereza, pero no tiene nada que ver.
En las afueras de Morellàs, al otro lado de la autopista A9 (unos 400 metros), localizamos la estrecha carretera que conducía a Sant Martí de Fenollar. La iglesia estaba en mitad de un prado, compartiendo espacio con la casa de información.
Y unos metros antes de llegar a la casa veréis unas figuras de hierro plantadas junto a la cuneta. Ellas os darán la bienvenida al recinto.
Sant Martí de Fenollar es una diminuta iglesia prerrománica construida entre el siglo IX y el XI, y contiene la pintura decorativa más importante del Rosellón, tanto en cantidad como en calidad.
Eran las doce del mediodía y el templo estaba cerrado a cal y canto, por lo que no tuvimos la posibilidad de apreciar estas pinturas. Los franceses y sus raros horarios nos habían aguado la fiesta una vez más.
Sant Martí de Fenollar se construyó sobre los restos de un antiguo molino de trapos (para producir tejidos) de época romana y fue mencionada por primera vez en un texto del año 844, como propiedad de la abadía de Santa María de Arles. El rey Carlos el Calvo le concedió un privilegio concedido por el rey Carlos el Calvo.
La capilla consta de una nave estrecha y larga prolongada por una cabecera trapezoidal característica de las construcciones prerromanas. El techo de madera original fue reemplazado posteriormente por una bóveda de cañón semicircular, sostenida por arcos de medio punto.