La entrada al Alcázar es de pago, pero ese sábado de finales de septiembre era una jornada de puertas abiertas. Y entramos gratis a todos los recintos, menos a la Cámara Oscura, que estaba cerrada.
El Alcázar fue construido por los almohades entre los siglos XII y XIII, al mismo tiempo que la muralla que fortificaba la ciudad.
Lo primero que uno ve cuando flanquea la puerta de entrada en el Patio de San Fernando es la Torre Ponce de León, construida sobre la antigua Torre del Homenaje almohade, del siglo XV. Tiene tres plantas y un semisótano.
Una vez se pasa por las taquillas, se accede al Patio de Armas, un espacio rectangular salpicado de altas palmeras y rodeado de altos muros. El patio comunica con los jardines y constituye la entrada al Palacio de Villavicencio y a la mezquita.
En el Patio de Armas podréis ver la Puerta de la Ciudad, que era el acceso principal a la fortaleza. Aunque ha sido modificada, aún conserva parte de la estructura original árabe.
La mezquita —única conservada hoy día en Jerez—, fue transformada en capilla por Alfonso X el Sabio, después de la conquista de la ciudad en el año 1264.
Alminar de la mezquita |
Alminar de la mezquita |
Su pequeño tamaño y sencillez arquitectónica contrastan con otros elementos del Alcázar. Conserva los elementos característicos de estos edificios religiosos: la torre o alminar, el patio de abluciones y la sala de oración, construida enteramente en ladrillo.
Sala de oración. Mezquita |
Sala de oración. Mezquita |
Los jardines del Alcázar, diseñados al estilo islámico, están rodeados de fuentes y plantas que crean un ambiente sereno y evocador del pasado.
Los jardines |
Los jardines |
Los jardines, baños árabes, albercas y norias nos hablan de la importancia del agua y del perfecto control y dominio de las infraestructuras hidráulicas.
Rodeado por el Patio de Armas y los jardines se halla el Palacio de Villavicencio, construido en el siglo XVIII sobre las ruinas de las antiguas dependencias musulmanas.
El Palacio de Villavicencio es un claro ejemplo de la arquitectura barroca de la época y alberga el observatorio más antiguo de la ciudad: la Camara Oscura, que ese día en concreto estaba cerrada al público.
Nuestra ruta por el Alcázar nos conduce a los baños árabes, uno de los atractivos principales del complejo. Se trata de uno de los pocos baños privados de época almohade que existen en España en buen estado de conservación.
Baños árabes |
Baños árabes |
Los baños siguen el esquema clásico de baños con salas de agua fría, templada y caliente, heredero de las termas romanas. A diferencia del frigidarium romano, este espacio no poseía una piscina, sino un pilón con agua fría donde se metían los individuos.
Aunque la mayor parte de las edificaciones islámicas conservadas son de los siglos XII y XIII, recientes excavaciones arqueológicas constatan ya la existencia de un recinto defensivo anterior.
Contemplamos la zona arqueológica desde las pasarelas de madera, hasta la base de la muralla, lugar reservado a la noria de agua, cuya función sería la del riego ocasional de las huertas y jardines situados delante del Pabellón Real.
A través de unas escaleras metálicas nos aupamos a la Torre de la Puerta del Campo, que comunicaba el Alcázar con la parte exterior de la muralla de Jerez.
Vale la pena subir a las torres del Alcázar, sobre todo si os acompañan niños. Las vistas desde arriba son alucinantes, tendréis la fortaleza a vuestros pies.
El recinto de la fortaleza está en buen estado de conservación y constituye un revelador paseo por la historia del Alcázar, tanto en su periodo islámico como cristiano: torres, murallas almenadas, puertas en recodo, aljibe, patio de armas y jardines.
Junto al aljibe y la Torre Octogonal, apoyado sobre la muralla y a gran altura, se conserva el Pabellón Real, el único edificio de carácter residencial del primitivo Alcázar almohade (siglo XII).
El Pabellón Real era un salón de protocolo destinado a residencia de invitados y zona privada. El conjunto está compuesto por el pabellón, la alberca y el huerto. Originalmente había un pórtico con arcadas, del que sólo se conservan los restos de los pilares.
Bajo un arco situado junto al Pabellón Real comienzan las empinadas escaleras que conducen a la Torre Octogonal, uno de los mayores referentes de este recinto monumental.
La torre presenta algunos elementos decorativos, como son las cuatro verdugadas de ladrillo a diferentes alturas y una galería de ventanas ciegas en la parte superior.
La torre se levanta en el vértice sur del Alcázar; es su punto más alto, desde ella se controla una gran extensión del territorio que abarca desde la sierra de San Cristóbal hasta la ciudad de Medina Sidonia.
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