Tras flanquear la entrada de Itálica y dejar a nuestra derecha el museo, avanzaremos por la calle principal que conduce al Anfiteatro. Cuando lleguéis a las ruinas, podéis tomar el camino de la izquierda, que asciende a la grada o cavea por una escalera metálica, entre grandes bloques de piedra.
A continuación caminaremos por la galería que daba acceso a la parte superior de la grada ima cavea, la maenianum primum. Este sector del graderío estaba destinado a los miembros del orden ecuestre, la segunda clase social tras la aristocracia senatorial.
Esta zona fue restaurada a mediados del siglo XX, restituyéndose los sillares perdidos o deteriorados. Gracias a estos trabajos, se conserva una imponente sección de bóveda que permite contemplar la altura original de estos pasillos interiores.
![]() Galería maenianum primum |
![]() Galería maenianum primum |
En la galería, a través de varios vomitorios, podréis asomaros a la arena y a la grada. Contabilicé tres accesos a la grada, cada uno proporcionando un ángulo diferente del edificio.
Unos balconcitos, provistos de barandilla, os permitirán disfrutar de la mejor panorámica del edificio original. Su diseño estuvo basado en el Coliseo de Roma, con soluciones arquitectónicas únicas.
El emplazamiento del Anfiteatro, en una vaguada natural, facilitó la construcción de tres niveles de graderío o cavea, destinados a las distintas clases sociales (ima, media y summa).
El acceso principal al Anfiteatro se realizaba a través de la Puerta Triumphalis (de los vencedores), que forma un eje con la Puerta Libitinaria, destinada a los muertos y a los vencidos en los juegos.
En el suelo del pasillo de acceso por la Puerta Triumphalis son visibles varias placas de mármol. Conocidas como placas votivas, reproducen plantas de pies e inscripciones, y son una ofrenda a la diosa Cibeles/Dea Caelestis.
De hecho, el santuario de la diosa Cibeles se localiza en la estancia rectangular de la derecha, conservando aún el pavimento original. En la estancia podréis ver el hueco del pedestal destinado a la estatua de la diosa
![]() Santuario de la diosa Cibeles |
![]() Santuario de la diosa Cibeles |
La arena del Anfiteatro es de las más espaciosas de todo el Imperio romano y en su centro contaba con una fosa cubierta por un entramado de madera.
La fossa bestiaria era el espacio que albergaba la tramoya que permitía salir al estadio a las bestias y gladiadores que participaban en las ventationes (cacerías) o en los munera gladiatoria (combates de gladiadores).
En época Imperial se realizaban dos tipos de espectáculos en el Anfiteatro: las luchas de gladiadores (munera) y la caza de animales (venationes). Frecuentemente, la caza de animales se desarrollaba por la mañana y las luchas gladiatorias por la tarde, con un intermedio a mediodía en el cual se llevaban a cabo espectáculos burlescos, ejecuciones o ejercicios gimnásticos.
Las venationes incluían la caza de muchos animales exóticos por parte de cazadores profesionales y el sacrificio de condenados a morir a manos de las fieras. Vamos, que si te tocaba aparecer por la arena, estabas listo.
En una de las galerías próxima a la arena se localiza la diosa Hécate, imagen que reproduce una pintura mural descubierta en esta zona de la galería durante las excavaciones de 1862. ¿Sabríais verla?
![]() Galería inferior norte |
![]() Diosa Hécate |
En la galería inferior podréis ver varios accesos o vomotorios, que aún conservan las escaleras que conducían a la grada superior. Sorprende ver el buen estado en que se conservan estos espacios.
![]() Galería inferior sur |
![]() Vomitorio de la galería inferior |
En un vomitorio de la galería norte se halla la ley gladiatoria de Itálica, una placa de bronce —descubierta en los alrededores del Foro— que incluye la parte central de un senadoconsulto de la época en que el emperador Marco Aurelio gobernó en Roma con su hijo Cómodo, entre 177 y 180 d.C.
En el lado opuesto a la Puerta Triunfal se encuentra el pasillo que conduce a la Puerta Libitinaria, la de los muertos y los vencidos en los juegos.
Libitinaria es el mejor acceso conservado al Anfiteatro, debido a que la mayor parte quedó oculta frente a expoliadores por depósitos de tierra. Son visibles los accesos escalonados a los graderíos superiores, flanqueados por columnas adosadas que le confieren cierta monumentalidad.
Toda la fachada estaría recubierta por placas de mármol, aunque debido al expolio nada se conserva. Lo que sí se advierte es cómo fueron aprovechadas las laderas del terreno para la construcción del Anfiteatro.