El Museo de Itálica se encuentra junto al acceso al recinto arqueológico (Nova Urbs y Anfiteatro). Está diseñado para exhibir piezas representativas de la vida cotidiana, la religión, la arquitectura y el arte de los habitantes de Itálica.
En su interior podréis ver relieves arquitectónicos decorativos y estatuas de emperadores y dioses. Destacan las esculturas de emperadores romanos como Trajano y Adriano, nacidos en Itálica, así como representaciones de dioses romanos.
Existen fragmentos de mosaicos rescatados de las viviendas más ricas de Itálica. Aunque muchos se encuentran en su lugar original en la ciudad, otros se han trasladado al museo para su mejor conservación.
![]() Cabeza de la diosa Tyche. Museo |
![]() Fragmento de Mosaico. Museo |
También destacan lápidas y textos tallados en piedra que proporcionan información sobre la administración, las familias prominentes y los eventos importantes de la ciudad, así como objetos de cerámica, monedas y utensilios de uso cotidiano, como lámparas de aceite, joyería y elementos de higiene personal.
El autobús que une Sevilla con Santiponce realiza la última parada frente a la entrada del yacimiento arqueológico, en la avenida de Extremadura. Desde aquí hasta el centro de Santiponce (unos 500 metros) tenéis varios restaurantes.
Nosotros elegimos el restaurante Brasería Horno Gregorio; y nos gustó. El lugar es muy acogedor, el servicio es muy atento y la carne, hecha a la brasa, estuvo fenomenal. El postre también estuvo a la altura. ¡Muy recomendable!
Unos 500 metros separan el restaurante donde almorzamos del Mirador del Teatro, un área de Santiponce a la que se accede de forma gratuita (si eres ciudadano de la U.E.).
Antes de asomarnos al mirador de la terraza artificial situada sobre el Teatro romano, podremos contemplar las ruinas del Área Monumental, parcela donde se conservan los restos de lo que fue un importante complejo monumental de época romana.
A tenor de lo descubierto, los investigadores consideran que este emplazamiento formaba parte de una gran área pública con pórtico perimetral, y quizás un templo en el centro.
En el área podéis ver unas aras o altares báquicos, del siglo I d.C., con forma cilíndrica. Se trata de reproducciones de las piezas originales que fueron halladas en la orchestra del Teatro en las excavaciones de 1972.
Desde una barandilla del Área Monumental se puede admirar el Teatro de Itálica, el edificio conservado más antiguo de la ciudad romana. Fue construido bajo mandato del emperador Augusto. A mediados del siglo I d.C. fue ampliado para acoger más espectadores.
Con la llegada de Adriano al poder, el Teatro y sus alrededores fueron embellecidos, documentándose la construcción de edificaciones monumentales en la zona alta de la colina.
El edificio se compone de un graderío (cavea) dividido en tres niveles (ima, media y summa). En la zona más baja se encuentra la orchestra, donde se sentaban las personas más importantes. Delante se abre el escenario elevado (pulpitum) con un frente escénico detrás.
Vetus Urbs está conectada con la zona de ampliación de la ciudad, conocida como Nova Urbs, donde se encuentra el Anfiteatro y otros edificios más tardíos y monumentales. Desde la calle Juan Sebastián Elcano veréis las manzanas de la ciudad nueva.
Unos 500 metros separan el Teatro de las Termas Menores. Situadas en la calle Trajano de Santiponce, la construcción de este complejo termal se inció en época del emperador Trajano (finales del siglo I y principios del siglo II d.C), en la zona más antigua de la ciudad de Itálica, cercana al Foro.
Actualmente se puede contemplar una pequeña parte de su superficie total, en concreto los sectores central y trasero del eficicio, quedando el resto de la construcción bajo las casas y calles colindantes.
Junto a las conocidas como Termas Mayores, ubicadas dentro del recinto de Itálica, constituyen los dos núcleos termales con que contó la antigua ciudad.
Entre los espacios conservados son claramente distinguibles las estancias dedicadas al caldarium, o sala caliente, rematado en forma de ábside, el trepidarium, o sala templada, además de otras dependencias posiblemente destinadas a saunas y un criptopórtico que daba servicio a la zona de los hornos.
Aunque Itálica comenzó como un asentamiento militar, pronto se convirtió en el hogar de familias de alto estatus, muchas de ellas de origen itálico, de ahí el nombre de la ciudad.