El Puente del Martinete, que une las provincias de Guadalajara y Cuenca, es el origen de esta ruta que concluye en la laguna de Taravilla. En el puente dejamos la carretera de asfalto CM-2106 y, por pista de tierra, seguiremos el Tajo aguas abajo por su margen derecho (Guadalajara).
TOPÓNIMO DE MARTINETE
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![]() Baño en la laguna de Taravilla |
La primera parada que haremos durante el descenso por el angosto valle del Tajo es para contemplar, desde un priviligiado mirador natural, el barranco del Horcajo, un desfiladero calizo con formaciones tobáceas y bosquetes mixtos de tilos y avellanos. Desde el mirador, ubicado a los pies de una roca, disfrutaremos de una vista global del barranco y su frondosa vegetación, así como del cañón principal del Tajo.
Aguas abajo pasaremos por el estrecho del Hornillo, donde el río se encajona dando lugar a hermosas cavidades. Finalmente llegaremos a la zona de recreo de la laguna de Taravilla, cuyas aguas son ideales para darse un buen chapuzón. La laguna, también denominada de La Parra, se originó debido a los acúmulos tobáceos de origen calizo que iba depositando el arroyo que la alimenta, creando un embalsamiento natural. Numerosas aves (ánades reales, pollas de agua y rascones) anidan entre el cinturón de plantas acuáticas que ocupan las orillas.
Para salir de la laguna de Taravilla en vehículo tenemos dos opciones. La primera consiste en regresar hasta el puente del Martinete remontando el Tajo por el fondo del valle (sentido inverso), y la segunda, que realizamos nosotros, fue continuar por la pista hasta la carretera que une Poveda de la Sierra con la población de Taravilla. Esta opción nos permitió contemplar la laguna de Taravilla en toda su extensión desde el mirador de la laguna.
Esta ruta comienza en el aparcamiento de la laguna de Taravilla. En este punto realizamos un descenso a pie por una pista de tierra muy empinada, no apta para vehículos, que sigue el barranco tobáceo de desagüe de la laguna, alcanzando así el área recreativa ubicada junto al Tajo.
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Nos hallamos en el Vado de Poveda, una de las mejores zonas de baño del Parque Natural. Una playa de fina arena permite acceder con total comodidad a las frías aguas del río, que en este hermoso enclave bajan mansas.
A partir de 2011 ya se puede cruzar el río por un puente de madera de nueva factura, no obstante, nosotros preferimos vadearlo a la vieja usanza: a pie. Para llegar al salto de Poveda seguimos una senda que asciende por entre un bosque de ribera con vistas al Tajo. El camino concluye en las Casas del Salto, antiguas instalaciones del salto hidroeléctrico reconvertidas en un núcleo de turismo rural, donde funciona un hospicio y un bar restaurante del que dimos buena cuenta.
La última parte de esta ruta concluye en el Salto de Poveda, al que se llega siguiendo la pista de tierra (apta para vehículos) que une las Casas del Salto con el puente de Poveda. Un camino señalizado desciende a la derecha atravesando un matorral donde predomina el boj y las plantas aromáticas. Al final del mismo daremos con el río Tajo y con el espectacular salto de agua que se originó tras el hundimiento del muro de una antigua presa de aprovechamiento hidroeléctrico.