Catedral de Santiago |
Alojarnos en el hotel Plaza de La Coruña nos permitió cubrir a pie (tardamos diez minutos) la corta distancia que lo separa de la coruñesa estación de ferrocarril de San Cristóbal. En la taquilla adquirimos un par de billetes de ida y vuelta a Santiago de Compostela.
Estación de San Cristóbal. A Coruña |
Estación de San Cristóbal. A Coruña |
Me gustó el trayecto en tren que realizamos esa mañana en el Media Distancia, atravesando la provincia de La Coruña de norte a sur. Cruzamos profundos valles, atravesamos altas montañas por largos túneles, vimos frondosos bosques de eucaliptos y pinos y avistamos numerosos cauces de ríos, de todos los tamaños. Galicia se exhibía con orgullo ante nosotros, en estado puro, tal y como la había visto siempre en la pequeña pantalla. Sólo eché en falta un cielo azul nítido y limpio de nubes, pero claro, estábamos en pleno mes de febrero, y las omnipresentes nubes también se mostraban en todo su esplendor, configurando ese peculiar telón de fondo que tanto caracteriza a la región gallega.
Santiago de Compostela, declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad, es la capital espiritual y administrativa de Galicia. Esta condecoración se debe a su centro histórico, que conserva desde hace siglos un maravilloso legado de museos, iglesias, conventos, plazas, calles y singulares edificios.
Esta peculiar y hermosa fisonomía es la que nos propusimos conocer nada más abordar la plaza de Galicia, principal entrada al núcleo histórico si se viene de la estación de tren (en ella encontraréis una oficina de turismo).
La plaza del Toural, cuyo principal monumento es el Pazo de Bendaña, y la peatonal rúa del Vilar nos condujeron al corazón del centro histórico. Nos detuvimos en la plaza de Fonseca para echarle un vistazo el colegio de Fonseca, edificio renacentista del año 1532; luego vimos el convento de San Francisco, del siglo XVII, que guarda restos de un claustro gótico; por la calle Costa Vella nos acercamos al parque San Domingos, para admirar el convento de San Domingos de Bonaval, fundado en 1220, y por último, atravesando la céntrica plaza de Cervantes, fuimos a parar a la plaza del Obradoiro.
Todo recorrido turístico que se realice en Santiago, seas o no peregrino, llegues a pie, en tren, bicicleta, avión, a nado..., tengas concha o no, ha de concluir forzosamente en la incomparable plaza del Obradoiro, dominada por la impresionante fachada barroca de la Catedral y por otros tres monumentos emblemáticos que cierran de forma angular la plaza: el Hospital Real (actual Parador "Hostal de los Reyes Católicos"); el Pazo de Raxoi, de estilo neoclásico (compartido por el Ayuntamiento y la Xunta de Galicia), y el palacio de San Xerome, del siglo XVII (acoge el Rectorado de la Universidad).
Si te sitúas en el centro de la plaza del Obradoiro, disfrutarás con la visión de la impresionante fachada barroca de la Catedral, construida en la primera mitad del siglo XVIII, coronada por dos altas torres que llevan por nombre "Carraca" y "Campanas". La entrada principal de la catedral se encuentra en esta fachada, y se llega a ella por una escalinata de piedra que parte de la plaza.
Catedral de Santiago |
Fachada de la Catedral |
Del interior de la Catedral destaca el Pórtico de Gloria, del año 1188, a cuyos pies, en el parteluz, se encuentra la figura del apóstol Santiago, el principal reclamo del templo, el que todos los fieles buscan con la mirada. Ni que decir tiene, que el otro gran reclamo de la Catedral, y que nosotros vimos justo a mediodía, es el Botafumeiro, el gran incensario que sigue causando asombro a cuantos lo contemplan.
Pórtico de Gloria: Apóstol Santiago |
Pórtico de Gloria |
Y como ocurre en todos los años Jacobeos (2010 lo fue), los fieles (nosotros también) pueden acceder a la Catedral por la llamada Puerta del Perdón. La puerta se encuentra en la plaza das Praterías, en la parte de atrás del templo.
Plaza das Praterías |
Puerta del Perdón. Exterior |
Se supone que si pasas bajo el umbral de la puerta, el apóstol Santiago te perdonará todos tus pecados cometidos (no sé si hasta la fecha o sólo ese día). Pues eso, que ese día me liberé del yugo de los pecados.
El antiguo Hospital Real, hoy Parador Nacional "Hostal de los Reyes Católicos", es un bello edificio donde se funden diversos estilos, destacando su portada plateresca. Si no os alojáis en él, siempre podéis entrar y admirar el interior, o como hicimos nosotros, tomar un café en el bar.
Hostal Reyes Católicos |
Hostal Reyes Católicos |
En la Rúa do Franco encontraréis buenos restaurantes donde probar la cocina gallega: marisco, ternera, empanada... Nosotros elegimos A Barrola, un restaurante especializado en pescados y marisco. Almorzamos una mariscada variada, que estuvo exquisita. El precio, pues eso, en consonancia con el producto estrella de Galicia.
Restaurante A Barrola |
Restaurante A Barrola |
Después de almorzar y de tomar el café en el Hostal de los Reyes Católicos, uno de los Paradores más antiguos de España, callejeamos nuevamente por el centro de Santiago, que a cualquier hora del día rebosa de peregrinos en busca de la anhelada Catedral.
Antes de tomar el tren de vuelta a La Coruña, paseamos por el parque de la Alameda, un espacio verde recargado de plantas y vigorosos árboles, que se postuló como un magnífico mirador de la Catedral de Santiago y del centro histórico.
Parque de la Alameda |
Parque de la Alameda |