Cataratas del Niágara |
Habíamos visto las cataratas del Niágara desde los miradores de Estados Unidos. Ahora tocaba cruzar a Canadá por el puente internacional Rainbow, o del Arcoíris (1$ USD en la actualidad), que nos brindó una fabulosa vista panorámica de las cascadas.
Era la primera vez que entraba en un país caminando, poco importó los 25 centavos que pagamos por cruzar el puente. Estábamos en un país nuevo, con una moneda nueva y con un hambre atroz. Nos dirigimos a la zona lúdica próxima a las cataratas y almorzamos en un restaurante hamburguesero. No hizo falta cambiar moneda, utilizamos la tarjeta de crédito.
La zona lúdica del lado canadiense, conocida como Niágara Falls Fun Zone, encandilará a grandes y pequeños. Entre los hoteles con que cuenta la zona veréis atracciones de feria, casinos, restaurantes, etc. Yo creo que a los canadienses se les ha ido un poco la mano.
A continuación nos aproximamos al cauce del río Niágara para asomarnos a los muchos miradores ubicados frente a las dos cascadas. Primero nos apostamos frente a la catarata Americana, llamada así por estar completamente en territorio estadounidense. Bueno, que yo sepa Canadá también está en América.
La ribera del río es un magnífico mirador de las cataratas. Un paseo que bordea el cauce os brindará magníficas perspectivas de los saltos, en este caso de la catarata Americana, que es la más próxima al puente Rainbow.
El paseo se os hará muy ameno, pues en todo momento se verá amenizado por la presencia de las cataratas. Al final del mismo llegaréis a la catarata Horseshoe o Herradura, la más grande de todas, que está compartida por Estados Unidos y Canadá.
Desde el último mirador del paseo, el más concurrido, sentiréis de cerca el estruendo y el poderío de la cascada Horseshoe. En estas barandillas rodaron la escena de Superman en la que un niño cae al vacío y el superhéroe lo rescata antes de que se estampe contra las rocas o el agua.
En la catarata Horseshoe, la más espectacular de Niágara, pusimos punto final a nuestro efímero paso por Canadá. Contemplar esta fabulosa obra de la naturaleza bien merece un esfuerzo. No entiendo a la gente que va más de una semana a Nueva York y no es capaz de planificar una sencilla excursión como esta. Yo no cambio estas cascadas por todos los rascacielos del mundo.