Esa mañana habíamos recorrido el barrio del Salvador desde la Puerta de Valencia hasta la plaza de la Merced. Desde esta plaza, a través de la estrecha callejuela del Puerto, fuimos a parar a la calle Alfonso VIII, vía que concluye en los arcos que coforman el bloque principal del Ayuntamiento de Cuenca. Es la antesala de la plaza Mayor.
Entre la Casa Consistorial y el Convento de las Esclavas veréis la Oficina de Turismo, el lugar ideal para informaros y conseguir un plano de la ciudad.
Junto a la Oficina de Turismo, un pequeño pasaje os conducirá al Mirador de la Celosa, que brinda buenas vistas de la iglesia de San Miguel, en la hoz del Júcar.
Con forma triangular, la plaza Mayor, además de acoger el Ayuntamiento, concentra a su alrededor un buen puñado de restaurantes con terraza, con un menú más que asequible. Cabe destacar también las coloridas fachadas de los centenarios edificios que la rodean.
Cierra la plaza Mayor por el norte el Convento de las Petras, un robusto edificio de estilo barroco construido en el siglo XVI. En la fachada anexa al convento veréis una fuente con un gran pilón. El agua es fresca y abundante.
En un lateral de la plaza se alza la Catedral de Santa María y San Julián, un fascinante edificio de estilo gótico terminado en el siglo XIII. Del exterior destaca la fachada principal, que recuerda a la de algunos templos británicos.
Una audioguía (7€) es una buena forma de descubrir los rincones más interesantes de la Catedral: arquería, altar, claustro, pinturas de las paredes (en una de ellas aparece un ovni)...
De la plaza Mayor parte la calle Obispo Valero, un interesante rincón situado junto a la Catedral. Aquí se encuentra el Palacio Espiscopal de Cuenca y frente a él se localiza la estatua del rey Alfonso VIII a caballo.
El siguiente paso que debéis dar para alcanzar las Casas Colgadas es abordar la calle Canónigos, un estrecho pasaje jalonado por el Museo Diocesano y el Museo de Cuenca. La ventaja de caminar por aquí a mediodía, en agosto, es que encontraréis buenas sombras.
![]() Calle Canónigos |
![]() Calle Canónigos y Casas del Rey |
Antes de continuar por la calle Canónigos, a través del tunél que atraviesa una de las Casas del Rey, conviene detenerse unos minutos en la plaza de la Ciudad de Ronda, villa malagueña hermanada con Cuenca (las dos poseen un conjunto de casas que se asoman a sus respectivas hoces).
En este coqueto rincón de Cuenca tenéis la entrada principal a las Casas del Rey (siglos XVI y XV), o lo que es lo mismo, el acceso a las Casas Colgadas.
En la plaza Ciudad de Ronda podréis ver la parte posterior del Museo de Cuenca, abierto al público desde 1974 en la llamada Casa del Curato, edificio del siglo XIV. La decoración de su fachada fue proyectada por el pintor Miguel Zapata. El edificio acoge tres plantas de exposición donde pueden admirarse piezas procedentes de los yacimientos arqueológicos de toda la Provincia de Cuenca.
Lo que más me sorprendió de esta plaza fue contemplar la exquisita panorámica que ofrecen los "rascacielos de Cuenca". Antes de su expansión extramuros, Cuenca carecía de suelo edificable y el resultado de esta falta de espacio se tradujo en construir en vertical.
Ahora sí, debéis regresar a la calle Canónigos y pasar por el pequeño túnel que atraviesa una de las Casas del Rey. Iréis a parar al Rincón del Poeta, un interesante espacio que os regalará la primera imagen de los balcones de las Casas Colgadas.
![]() Rincón del Poeta |
![]() Casas Colgadas. Rincón del Poeta |
Desde el Rincón del Poeta, junto a la primera Casa Colgada que se asoma al precipicio, veréis la profunda hoz que ha labrado durante miles de años el río Huécar. En primer plano aparece el puente de San Pablo y al fondo el Parador Nacional de Turismo, que ocupa un antiguo convento del siglo XVI.
Ahora conviene alejarse del Rincón del Poeta, descender por la calle Canónigos en dirección al puente de San Pablo. Pasaréis por una fuente situada a los pies del roquedo sobre el que se asienta la Ciudad Alta y, por supuesto, tendréis una excelente vista de la primera Casa Colgada, con sus balcones desafiando el abismo.
![]() Calle Canónigos. Hoz del Huécar |
![]() Casa Colgada |
La calle Canónigos concluye en el Puente de San Pablo, uno de los emblemas de Cuenca. Edificado en piedra a mediados del siglo XVI, estaba formado por cinco arcos apoyados en pilares, de los que aún quedan en pie algunos restos.
El puente fue construido para comunicar el convento de San Pablo con la ciudad. El deterioro provocó su demolición a finales del siglo XIX. El actual puente es de hierro y fue inaugurado en 1903.
El puente de San Pablo tiene una altura de 40 metros y una longitud de 110 metros. De hecho, lo que más impacta cuando lo cruzas es su altura con respecto al río Huécar. Debido a la estrechez de la plataforma, caminar por ella causa un poco de vértigo.
Sin duda alguna, las mejores vistas de las Casas Colgadas se disfrutan desde el puente de San Pablo. Bueno, si el sol cae a plomo a mediodía, y estáis en agosto, conviene portar gorra, gafas de sol y una botella de agua. Veréis las casas con mejores ojos.