Llanos del Hospital |
Esta caminata sobre nieve es ideal para realizarla con niños de corta edad. Se estaciona el vehículo en el aparcamiento del Vado de los Llanos y se avanza a pie por la angosta carretera de La Besurta, que finaliza en el aparcamiento del Hospital de Benasque.
Si no hay nieve en los Llanos del Hospital, lo ideal es caminar por la pradera, junto al río Ésera, para disfrutar con la visión del paisaje. Pero, cuando tienes 20 o 30 centímetros de nieve bajo los pies, es reomendable caminar por la carretera.
Esta corta ruta comienza en la caseta de información situada junto al aparcamiento de los Llanos. Debéis caminar por la carretera de La Besurta, estrecha vía que conduce al Hospital de Benasque.
La carretera, trazada a unos metros por encima de la pradera, es un buen mirador de los Llanos del Hospital. Sobre todo cuando cruza el río Ésera por un puente.
Más adelante, podréis contemplar al joven río Ésera dar sus primeros quiebros en la nevada pradera, entre bosques de abetos cubiertos de un manto blanco. Y por el lado de la montaña, podréis ver los primeros carámbanos de hielo.
Debido a la mucha nieve que se acumulaba en la cuneta, la carretera apenas permitía el paso de vehículos y caminantes. Por eso, si vais con niños debéis tomar precauciones.
Esta caminata sobre la nieve la podéis concluir en el Hospital de Benasque, donde podréis tomar alguna bebida caliente. Sólo tenéis que acometer un pequeño descenso hasta el edificio.
O por el contrario, como hicimos nosotros, podéis seguir por la pista (no apta para vehículos) que une el Hospital de Benasque con La Besurta, pequeño refugio ubicado unos kilómetros de distancia valle arriba.
Una alternativa a los Llanos del Hospital (cuando se llega tarde y el aparcamiento está lleno), se encuentra en la baliza de la carretera A-139. Y si el día acompaña, con el sol resplandeciendo sobre el nevado valle, tendréis el coctel perfecto.
Aquí concluye la comarcal que vertebra el valle de Benasque, y que un día debió ser el inicio del túnel que lo uniría con el vecino valle de Luchón, en Francia (todo quedó en agua de borrajas).
Este tramo de asfalto, aparte de constituir el inicio de la senda que asciende hasta el puerto de La Glera, se ha convertido en el mejor mirador del Hospital de Benasque y de la pradera de los Llanos, que por esas fechas estaba totalmente cubierta de nieve.