Refugio Coronas |
Esta excursión comienza en Benasque, la capital del valle homónimo. Tomaremos la carretera A-139 en dirección a los Llanos del Hospital y, una vez lleguemos a la altura de la presa de Senarta, o embalse de Paso Nuevo, tomaremos un desvío a la derecha, señalizado como Valle de Ballibierna.
La pista de tierra nos conducirá al plan de Senarta, una extensa pradera verde situada a unos 4 kilómetros de Benasque. Aquí estacionaremos los vehículos.
De Senarta parte un camino forestal apto para vehículos que, posteriormente, tras un largo ascenso en zigzag por un bosque de abetos y pinos, se adentra en el valle de Ballibierna. La pista, que responde a las señales rojas y blancas del GR-11, es larga, de nueve kilómetros de longitud hasta el refugio de Coronas o Pescadors, y vale la pena recorrerla a pie, sin prisas, como hicimos nosotros esa soleada mañana.
Una vez entramos en el valle de Ballibierna, el camino asciende con suavidad por un lateral de la montaña, entre altas cimas que rozan o superan los tres mil metros de altitud. El río queda abajo, encajonado en el barranco, y ni siquiera se oye el fluir de sus correntosas aguas.
A mitad del camino, escondida entre el bosque, descubrimos a nuestra izquierda la cabaña-refugio del Quillón; y más adelante, sobre los 1.800 metros de altitud, aparecen los primeros tramos de hielo en el camino.
A 1.960 metros de altitud, al final de la pista de tierra, alcanzamos el refugio de Coronas, o de Pescadors (aunque en algunos mapas figura como Les Riberetes), una cabaña no vigilada que suelen utilizar aquellos montañeros que quieren ascender al Aneto por su cara sur, o aquellos que realizan la senda GR-11.
Rodeado de vigorosos árboles, en un prado cubierto de nieve por donde fluyen las aguas procedentes de los ibones, a nosotros el refugio nos sirvió para almorzar, descansar y admirar las altas cumbres que nos rodeaban, casi todas muy por encima de los tres mil metros de altitud: Aneto, Rossell, Ballibierna...
También vale la pena acercarse al río Ballibierna, que recoge las aguas de todos los torrentes que se descuelgan de la parte alta del valle.