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![]() Arroyo Gorgutes |
La senda comienza al final de la carretera A-139, junto a una baliza, en un tramo de asfalto que un día debió ser el inicio del túnel que uniría el valle de Benasque con el de Luchón, en Francia (todo quedó en agua de borrajas), y que hoy día se ha convertido en el mejor mirador de los Llanos del Hospital.
La senda gana altura rápidamente por entre una tupida vegetación de matorral bajo, jalonada siempre por pinos y abetos. De vez en cuando deberéis sortear algunos tramos de turba, donde el agua brota en pequeños manantiales, y al fondo podréis ver una bonita cascada.
Aparecerán también algunos obstáculos en el camino, como árboles caídos y un pequeño escalón que, una vez superado, nos brindará una magnífica vista panorámica de los Llanos del Hospital.
Más arriba, el bosque deja paso a un extenso pastizal que, afortunadamente, no está cubierto de nieve. La senda se suaviza y nos permite relajar las piernas.
En la parte intermedia de la pradera se abre el barranco de Gorgutes, una larga cicatriz por la que fluye el torrente del mismo nombre.
La senda avanza por la margen derecha de la grieta, por tramos cubiertos de nieve (tuvimos que tomar precauciones al caminar), con el atronador torrente formando diminutas cascadas. Era un paisaje espectacular.
![]() Torrente Gorgutes |
![]() Torrente Gorgutes |
Tras completar unos metros de suave ascenso junto al estrepitoso torrente apareció un pequeño puente de madera, que tuvimos que cruzar para seguir avanzando.
Dejamos atrás el torrente y, tras cruzar una pradera cubierta de nieve, enlazamos nuevamente con la senda, que asciende por la ladera de la montaña en dirección este.
En este tramo de la ruta, si echamos la vista atrás, veremos el macizo de la Maladeta, con la imponente mole del pico Alba, de 3.118 metros de altitud, acaparando la escena.
La gran cantidad de nieve que cubría el camino y la aparición de una repentina niebla nos dificultó la marcha, y a la altura del ibón de La Solana (2.250 metros) decidimos arrojar la toalla y dar media vuelta. Nos faltaron poco más de cien metros para llegar al puerto de La Glera, de 2.362 metros de altitud.
Dimos media vuelta y almorzamos en un claro del bosque, con la mirada perdida en los Llanos del Hospital y en la mole rocosa del pico Alba. A continuación emprendimos un vertiginoso descenso que nos condujo hasta la baliza de la carretera.
Nos acercamos en coche hasta el hotel del Hospital de Benasque. Su cafetería resultó ideal para tomar un reponedor café tras la dura jornada en el puerto de La Glera. Desde el hotel podréis admirar la sucesión de cascadas que forma el torrente de Gorgutes antes de fundirse con el río Ésera en los Llanoss del Hospital.