Naveta de Tudons |
El primer día, una vez recogimos el coche en el aeropuerto, marchamos a desayunar a Maó/Mahón. Esa sobrasada untada en pan caliente, acompañada de un café con leche, me devolvió a la vida. Ya estaba preparado para dar un garbeo por la ciudad.
Calle Hanover. Mahón |
Claustro del Carmen. Mahón |
Fue una primera toma de contacto con una de las ciudades más importantes de la isla. Paseamos por el peatonal casco urbano, hasta dar con la plaza de España, donde se levanta el mercado, la iglesia de Santa María y el claustro del Carmen. Desde aquí contemplamos una parte del largo puerto, uno de los más bonitos de las Baleares.
Plaza de España. Mahón |
Puerto de Mahón |
A mediodía nos pusimos a rodar, y enfilamos por la carretera Me-1, que vertebra la isla de este a oeste, uniendo Mahón con Ciutadella. Y al llegar al centro de Menorca, lugar donde se encuentra Es Mercadal, tomamos la estrecha carretera que conduce a El Toro, la cumbre de la isla.
Mare de Déu del Toro |
Mare de Déu del Toro |
El Toro, con sus 357 metros de altitud, acoge el santuario de la Mare de Déu del Toro, consagrado a la patrona de Menorca. Pero a nosotros lo que más nos gustó fue disfrutar de las bellas vistas que ofrece este lugar. Fornells y sus playas al norte, Sant Tomàs al sur, Ferreries al oeste...
El cristo del Toro |
Fornells desde El Toro |
Por la tarde, muy cerca de Ciutadella, visitamos la Naveta des Tudons, del año mil antes de nuestra era, quizá el monumento funerario más significativo de la prehistoria europea. Su proximidad a la carretera principal (Me-1) lo hace sumamente accesible (sólo está a 4 km de Ciutadella).
La naveta se llama así por tener forma de barcoo, en concreto de una nave invertida, y se trata de uno de los edificios más antiguos de Europa. Fue utilizada para entierros por la cultura talayótica de la isla. Si la visitáis los lunes os ahorraréis los 2€ de la entrada. Junto a la naveta veréis otros edificios de la cultura talayótica.
Finalmente, a través de la carretera que recorre el extremo suroccidental de la isla, alcanzamos Cala en Bosc, un emplazamiento turístico sembrado de apartamentos con piscina donde habíamos fijado nuestra residencia.
Como colofón a la primera jornada, nos dimos un baño en Son Saura, una de las playas vírgenes más grandes de Menorca, a la que se llega por una estrecha carretera jalonada de altos muros de piedra.
Playa de Son Saura |
Playa de Son Saura |