Esa tarde, tras nuestro paso por Fuente De y Espinama, nos pusimos de nuevo en marcha. Descendíamos por el valle de Baró, hacia Potes, y a mitad de camino decidimos tomar un desvío a la izquierda. Queríamos realizar una breve parada en Mogrovejo.
Una estrecha carretera, asfaltada, nos condujo hasta este pequeño núcleo de alta montaña, que constituye un magnífico escenario del macizo occidental de los Picos de Europa.
Mogrovejo forma parte de la lista de los pueblos más bonitos de España. A ello contribuyen las casonas de sillería y mampostería, con balconadas de forja de los siglos XVI-XVIII.
El pueblo está rodeado de un manto verde, y al fondo, por encima de la Torre de Mogrovejo, sobresalen las altas cumbres nevadas de los Picos de Europa.
Entre el caserío destaca su pequeña iglesia barroca, con su fachada de piedra. Pero insisto, lo que más impacta al visitante es el tremendo paisaje de alta montaña que lo rodea. Esta es su principal carta de presentación.
Uno de los edificios que más destaca en la localidad, de origen medieval, es la Torre de Mogrovejo, del sigo XIII, que ha sido testigo de las luchas antinobiliarias.
Las altas cadenas montañosas que rodean La Liébana le confieren un aislamiento natural, gracias al cual toda la comarca quedó al margen de las invasiones romana, musulmana y francesa. Por eso, La Liébana conserva su personalidad de profundas raíces autóctonas en aldeas, pueblos y monasterios, donde el tiempo parece haberse detenido. (Y si nunca hubo conquista romana, Potes no podrá derivar del latín Pontes, como promulgan algunos estudiosos).
Desde la Fuente de Fonfría, y después de dejar atrás el monumento al peregrino, comienza la ascensión al monasterio de Santo Toribio. Fue una pena que se nos echara la noche encima.
Situado a unos tres kilómetros de Potes, el monasterio de Santo Toribio de Liébana es un lugar de peregrinación que alberga entre sus muros la reliquia del Lignum Crucis, el fragmento más grande de la cruz de Cristo que se conserva en el mundo. O eso dicen.
Junto a Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela, Toribio goza del privilegio de celebrar el Jubileo. En el exterior del templo podréis ver una cruz de piedra y una fuente de agua. No sé si será milagrosa.
La Liébana, como le dicen sus propios habitantes, es la comarca más occidental y montañosa de Cantabria. Está formada por cuatro valles: Bedoya, Valdeprado, Cereceda y Val de Baró. Todos ellos son igualmente hermosos y ofrecen paisajes encantadores envueltos en naturaleza.