La carretera comarcal SO-920 une San Leonardo de Yagüe con El Burgo de Osma a través de un extenso pinar. A diez kilómetros de San Leonardo de Yagüe, dentro del Parque Natural del Cañón de Río Lobos, se encuentra La Galiana, quizá el mejor mirador desde el que poder contemplar cómodamente esta magnífica reserva natural.
TOPÓNIMO DE GALIANAVale la pena detener el vehículo en este punto y asomarse al mirador. Hacia el norte contemplaremos las paredes rocosas del cañón y hacia el sur divisaremos en primera instancia la carretera que, tras un fuerte descenso en zig-zag, alcanza el inicio del desfiladero (nacimiento del río Ucero).
TOPÓNIMO DE UCEROY si echamos la vista más hacia el sur avistaremos la villa de Ucero, que destaca por su castillo templario y sus calles de trazado medieval.
A partir de la confluencia del río Ucero con el Lobos comienza el cañón del río Lobos, una espectacular garganta cárstica declarada parque natural donde abundan las sabinas, la vegetación de ribera y los buitres leonados.
Ya no se puede llegar en vehículo hasta la ermita de San Bartolomé; deberéis estacionarlo en el aparcamiento de Valdecea (nos costó 4€), tarifa que incluye la visita al Centro de Interpretación situado en Ucero. Si sois de los primeros en llegar, podréis dejar los coches a la sombra de los árboles.
La ermita de San Bartolmé dista un kilómetro del aparcamiento. Se puede llegar a ella por la margen derecha del río Lobos, a través de una senda señalizada (Senda del Río) cuyo inicio se encuentra al final del aparcamiento, o por la pista de tierra que discurre por la orilla izquierda, más ancha y apta para carritos de bebé y sillas de ruedas.
En nuestro caso, a la ida fuimos por la Senda del Río y el regreso lo realizamos por la pista de tierra. El camino por la Senda es mucho más ameno. El típico bosque de ribera os proporcionará sombra y a los niños les encantará contemplar la fauna propia de estos ecosistemas fluviales.
Al inicio de la senda deberéis cruzar el río Lobos por un curioso puente construido con enormes bloques de piedra. Esta parte de la ribera es propensa a concentrar chopos, sauces, avellanos, abedules y vegetación acuática.
Desde la senda podremos contemplar los altos cortados que forman las paredes del cañón, que albergan una importante muestra de plantas a proteger, como la saxífraga cuneata o la linaria supina.
El cañón, con sus paredes, repisas y oquedades constituye un singular refugio para rapaces como el buitre leonado, el halcón peregrino, el búho real y especies protegidas como las águilas real, culebrera y calzada. Las covachas son el hábitat del murciélago ratonero.
La excursión estrella del parque va desde Ucero, o el aparcamiento de Valdecea, hasta la ermita templaria de San Bartolomé, un templo de transición románico-gótico construido en el siglo XII y del que se dice puede tener un origen templario.
Sólo unos pocos optan por adentrarse más allá de este milenario edificio. Los ciclistas y los espeleólogos en busca de grutas y simas son algunos de ellos.
La pradera que acoge la ermita de San Bartolomé es el punto final o de inicio de múltiples excursiones por la zona. Se trata de un enclave especial, rodeado de rocas que exhiben grandes covachas. En el pasado debió ser un lugar de culto; por eso, no es de extrañar que la Iglesia levantara aquí la ermita.
Por encima de la ermita, en un conjunto de peñascos superpuestos, se encuentra el Ojo o Ventana del Diablo, una oquedad abierta en la roca por causas erosivas.
En las paredes que acompañan al río Lobos existen varias grutas interesantes: cueva Conejos, cueva Mayor o Grande y cueva Menor. La más grande y visitada de todas, por ser de fácil acceso, es la Cueva Grande.
La Cueva Grande se encuentra en un meandro del río Lobos próximo a la ermita de San Bartolomé. El acceso se realiza mediante un puente de madera que salva una balsa que forma el río en este punto.
Cueva Grande |
Cueva Grande |
La Cueva Grande o de San Bartolomé es muy profunda y de varios metros de altura. Vale la pena adentrarse en ella, sobre todo si en el exterior hace mucho calor. Su interior conserva restos de grabados rupestres.
Interior de la Cueva Grande |
Interior de la Cueva Grande |